Por Antonella Sánchez Maltese

Un nuevo caso de grooming fue denunciado en La Rioja, en contra de un profesor que acosaba a una estudiante de 13 años. Según la página www.mareaverde.com.ar el hecho se produjo en la escuela de Comercio Nº2 Carlos Lanzillotto. El hecho fue en setiembre, pero ahora se conocieron los detalles.

La situación en la escuela Comercio N° 2 fue advertida por la madre y padre de la menor cuando notaron cambios en su comportamiento y le revisaron el whatsapp. El docente fue suspendido en la institución, y la justicia ya ordenó su detención en una causa por grooming. Tras este caso advirtieron que no sería el primero que involucra al mismo docente con el delito.

La resolución del Ministerio de Educación ordena “suspender preventivamente de sus funciones por el término de 30 días corridos, sin goce de haberes (…) en todos los cargos que desempeña” en los organismos del Estado. Esta fue la primera medida en contra del docente de música de la escuela de Comercio N° 2 “Carlos Lanzilloto”, al cual la resolución también le impide que ingrese al establecimiento durante el tiempo que dure el sumario administrativo que se le iniciará.

El caso de grooming tiene como víctima a una menor de 13 años que cursa el primer año en el establecimiento de la avenida José Oyola, donde el docente de 33 años se desempeñaba en el turno mañana. Con patrocinio legal la familia de la niña lo denunció luego de advertir cambios en su comportamiento. “Por momentos estaba preocupada, ansiosa o se encerraba en su habitación y no tenía diálogo con nosotros”, refirieron el padre y la madre cuando hicieron la denuncia ante el Ministerio Público Fiscal.

La pista les llegó al revisarle el celular y descubrir conversaciones en la aplicación de whatsapp con un contacto que les llamó la atención: “por el contenido advertimos que no provenía de un compañero o amiga, y al ver su foto de perfil nos dimos cuenta que era una persona mayor”.

La familia aportó como prueba las capturas de pantalla de las conversaciones que la menor mantenía por whatsapp con el docente, donde éste le hacía referencias de índole sexual que claramente excedían la relación educativa: “quiero verte” “ya no aguanto”, “regalame un beso”, “que cara de pícara tenés”. Incluso en las capturas se observan fotografías que él le tomaba en clase y luego se las envía con los comentarios citados.

Los tutores de la nena denunciaron que con la excusa de formar el coro, que en teoría estaba integrado por varios alumnos y alumnas de la escuela, el docente la citaba para ensayar en su domicilio. “Ella nos decía que el profesor le pondría baja nota si no asistía a los ensayos y claramente quería ganarse la confianza para concretar sus viles propósitos, desde el momento que advertimos la situación le prohibimos rotundamente que vaya”.

ANTECEDENTES

Cuando el caso saltó a la luz al interior de la familia de la menor, inmediatamente pidieron explicaciones en la institución, hablaron con personal administrativo y se dieron con que este no sería el primer caso que involucra al docente.

“Nos dijeron que tiempo atrás pasó lo mismo con una nena que cursaba el primer año, pero en el turno tarde”, contó el padre. Personal de la institución le comentó que en aquella oportunidad se trataba “de una familia de muy escasos recursos, que en su momento no hizo nada porque no tenían los medios para pagar un abogado y denunciar, y esto lo favoreció a él obviamente”.

“Estoy mimoso” se lee en una de las tantas capturas de pantallas (más de 60) que se aportaron como prueba en la causa que se tramita en el Juzgado de Violencia de Género y Protección Integral de Menores, a cargo de la jueza Gabriela Asís.

Los diálogos evidencian que el docente intenta generar un vínculo de confidencialidad y confianza con la niña y para resguardarse todo el tiempo le advierte que se cuide de que sus compañerxs no le vean el celular, claramente asumiendo que la relación o conversación entablada con su alumna de 13 años no estaba bien.

“Cómo me tenés agendado?”, le pregunta en uno de esos diálogos el profesor, además de insistirle que controle que la aplicación del celular no haya quedado abierta en otro dispositivo.

“Mi hija siempre lo tomó como un juego, pensó que el docente la cargaba y nunca advirtió que en esa forma de relacionarse había algo que estaba mal”, cuanta el papá. Actualmente la niña está con asistencia psicológica y la contención permanente de su entorno familiar: “afortunadamente a primera vista no se evidencian traumas según nos dijo la terapeuta y eso es una gran ventaja, sabemos de casos similares en los cuales las nenas o adolescentes ni siquiera quieren salir de su casa por vergüenza”.

La madre y el padre exigen una sanción inmediata y ejemplificadora. “No sabemos con cuántas niñas más hizo lo mismo que con nuestra hija, y por lo que nos contó personal de la institución no es la primera y tenemos certezas de que lo hizo con al menos una más. Un tipo así no puede volver a dar clases ni estar relacionado con menores nunca más”, sentenciaron.

Además consideran que los directivos de la institución sabían de la situación anterior y no actuaron en su momento: “Nos dijeron que la primera vez que ocurrió se tapó todo y a él lo sacaron del aula y lo pusieron en la biblioteca. Pero al tiempo cuando las cosas se calmaron volvió al aula y tuvo de nuevo contacto con las alumnas”.

VULNERADA

El Grooming, ciberacoso o acoso de menores por internet fue incorporado al Código Penal argentino en 2013 (el pasado 13 de noviembre se cumplió aniversario de la sanción de la ley 26.904 que incorporó la figura en el artículo 131). La norma establece la “pena con prisión de seis meses a cuatro años al que por medio de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos conectare a una persona menor de edad, con el propósito de cometer cualquier delito contra la integridad sexual de la misma”.

El grooming es la acción deliberada de un adulto de acosar sexualmente a un niño, niña o adolescente usando internet, a través de comunicaciones electrónicas, telecomunicaciones o cualquier otra tecnología de transmisión de datos como redes sociales (facebook, twitter, Instagram, Snapchat), páginas web, o aplicaciones de mensajerías como whatsapp y telegram.

El delito se constituye cuando una persona adulta contacta a un menor de edad mediante la tecnología utilizando la manipulación o el engaño, y ocultando su edad consigue que el niño o niña realicen acciones de índole sexual.

A fines del 2017 el Ministerio de Desarrollo Social de la provincia, a través de la Subsecretaría de Desarrollo Humano puso en funcionamiento una Oficina Provincial para atención de casos de grooming en La Rioja. Hoy esa oficina recibe cientos de denuncias, y según alertaba su titular Marcelo Zimmerman hay más de 400 personas investigadas por ese delito en la provincia, de los cuales solo 26 se denunciaron en el primer semestre del 2019.

Días atrás al conmemorarse el Día Nacional de la Lucha contra el Grooming en Argentina, el titular de la oficina provincial advertía que la mayoría de los estudiantes secundarios declararon haber intercambiado material íntimo a través de las redes sociales. “Lo que no conocen es que es una situación que puede constituir un delito”, alertaba Zimmerman sobre esta situación que ya es habitual en los secundarios. Este caso involucra a mayores de edad en una situación desigual de poder donde el docente se aprovecha de la superioridad que representa la autoridad educativa y la situación representa un grave delito.

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