Por Javier Firpo

El jueves 21, cuando terminó la primera audiencia, Chamía ordenó la prisión domiciliaria de Pioli “por rebeldía y desobediencia”. El tatuador, procesado por coacción y lesiones leves, no sólo cargó las tintas en sus redes contra la Justicia y la víctima (su ex Paula Sánchez Frega), sino que asistió a una convenciones de tatuadores en San Juano sin autorización.

El fin de semana, mientras estaba en prisión domiciliaria, Pioli volvió a tirar de la piola y posteó un provocador video burlándose de su estado procesal. Chamía dice que no suele ver las redes de los imputados, pero cuando se enteró de lo sucedido, no lo dudó: revocó la prisión domiciliaria y ordenó que trasladen al acusado a la cárcel provincial.

Patricio Pioli

“Por mi actuación el abogado alegó sospechas de parcialidad y yo sólo obré de acuerdo al comportamiento del sujeto, que actuó en forma desobediente. Yo ya le había advertido que no podía desoír a la Justicia cuando se fue sin autorización. Pude haberlo detenido en ese momento por desobediencia a la autoridad, según el Código Penal, y no lo hice; lo apercibí. La detención fue porque sumó delitos, y el video fue la gota que colmó el vaso de agua“.

Hasta el propio Pagotto -que defendió al ex jefe del Ejército, César Milani- cuestionó el accionar de su cliente: “El hecho de que una persona sea pelotuda no autoriza convertirlo en criminal, yo no sé cual es el motivo de la resolución del juez, no entiendo por qué se habla de provocación”, le dijo a la periodista Nadia Araya.

Juicio. Ayer fue la jornada de la polémica en la segunda audiencia de la causa por pornovenganza. A la izquierda Pioli junto a sus abogados Cucco y Pagotto.

El martes, en el Juzgado 3 de la capital riojano, se realizó la segunda audiencia del juicio contra el tatuador Patricio Pioli (36), acusado de divulgar fotos y videos con su expareja, Paula Sánchez Frega (28), mientras mantenían relaciones sexuales. Minutos después de empezada la sesión, Pagotto pidió la recusación de Chamía, juez que decidió suspender el debate y dejar el juicio en stand by.

El pedido de recusación deberá resolverlo la jueza subrogante Edith Agüero, que desde este miércoles tiene diez días hábiles por delante para definir la situación. “Si yo estuviera en el lugar de la jueza, rechazaría el pedido por incoherente y sin fundamento“. ¿Es una presión para Agüero? “No, es lo que yo pienso. Tengo mucha experiencia y transparencia para no decir lo que pienso”.

¿Qué sucedería si es apartado? “El juicio debe reanudarse como máximo dentro de diez días hábiles con una respuesta de la jueza subrogante. Si yo soy removido, el juicio con otro juez debe iniciarse desde cero. Sí o sí deberá haber una definición la semana próxima”, explica Chamía, un hombre de su casa, familiera y futbolero, hincha de Villa Unión.

Chamía, que se encuentra en un break de su cátedra de Derecho Procesal Penal, en la Universidad Nacional de La Rioja, adonde ejerce desde el año 2000, piensa que Pagotto es un “perspicaz abogado, pero verborrágico e histriónico en tiempos en que ya no alcanza hablar bonito para convencer al juez. Son épocas en las que hay que ser breve y concreto“.

El camarista hace foco en que los nuevos paradigmas de la Justicia apuntan “a la contundencia de lo breve por encima del enciclopedista que cita a autores para convencerte”. Pagotto señaló al juez como “un militante de género”, cuando en realidad, corrige Chamía, “debió decir perspectiva de género, algo que hoy los jueces debemos instruirnos y capacitarnos, pero no quiere decir que sea algo tendencioso“.

Chamía agregó: “Es inoportuna la forma en la que Pagotto pidió mi recusación, ya que él podría haberlo hecho cuando fue citado a juicio, antes de que arrancara el proceso de debate, no en plena audiencia”.

“¿Si me sorprendió el pedido de recusación? “A esta altura ya no me sorprende nada. Yo lo único que hice fue actuar a partir de las inconductas del imputado, pero no tengo ninguna animosidad hacia el abogado ni hacia el imputado. El abogado cree que esto puede ser el trampolín de una condena ejemplar, pero si no se comprueban las pruebas contra el imputado, se irá libre a su casa”.

Sobre la opinión mediática que sobrevuela en La Rioja, que desliza que “todos los jueces están comprados”, Chamía dice que “no puedo poner las manos en el fuego por todos, pero cuando se comprobaron varios casos de jueces sospechados por malversación, se lo realizó un jury y se los apartó”.

Y cerró con una respuesta sugerente: “Si hay un juez corrupto es porque hay un abogado corrupto, un juez que no está limpio nunca actúa solo”.

Clarín

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