*Por Juan Pablo Parrilla
El rechazo del Consejo Interuniversitario Nacional a la creación de la Universidad Nacional de Aimogasta (UNdeA) reavivó la polémica detrás del proyecto de la senadora Clara Vega, que busca cambiar el nombre de la sede que la UNLAR tiene en Arauco, pero que -en principio- no crearía nuevas carreras ni proyectos. Esta nota repasa los argumentos a favor y en contra de la iniciativa.
El proyecto impulsado por Clara Vega es una copia casi calcada, con artículos enteros copiados y pegados, de la ley que terminó con la creación de la Universidad Nacional de Chilecito. La senadora lo presentó el 14 de agosto y una semana después fue girado a las comisiones de Educación y Presupuesto. Llamativamente, el 9 de septiembre los senadores Julio Martínez y Carlos Menem presentaron una iniciativa con el mismo fin, pero con otro nombre (Universidad Nacional de Arauco), lo que derivó en un conflicto entre los legisladores que representan a La Rioja en la cámara alta.
Los que se oponen al proyecto subrayan que se trataría de un mero cambio de nombre de la sede en Aimogasta de la UNLAR, que pasaría a ser la UNdeA, pero con la misma oferta académica.
El artículo 5 del proyecto de Vega establece la transferencia de presupuesto y bienes, por lo que la sede de la UNLAR cerraría. Todo seguiría exactamente igual, pues no aumentaría el presupuesto, pero los estudiantes recibirían un título devaluado (¿acaso alguien preferiría el título de una universidad nueva que el de una casa de estudios con rango nacional desde hace casi 47 años?).
Hay otra polémica fundamental, en torno al artículo 3 del proyecto, que dispone que hasta que se establezcan nuevas autoridades, el actual decano de la sede de la UNLAR en Aimogsata cumplirá las funciones de rector, lo que abre un mar de discusiones. En primer lugar, violaría el principio de autarquía consagrado en la Reforma Universitaria de 1918, ya que el Congreso estaría eligiendo a las autoridades.
Pero en este punto, además, hay una cuestión política que pulula en el aire. El actual decano es Luis Luna Mercado, aliado de Clara Vega en esta iniciativa. Sus opositores aseguran que, como vive en Catamarca, desde que comenzó el asilamiento obligatorio no pisó Aimogasta.
Su mandato, a su vez, se venció y no puede ser reelecto. Según las fuentes consultadas, tampoco sus secretarios de confianza podrían reemplazarlo, porque no cumplen los requisitos. Por eso, muchos creen que su alianza con Clara Vega no se basa en un supuesto beneficio académico para la región, sino en una cuestión oportunista.
En suma, la actual gestión de la UNLAR no se opone a la creación de la UNdeA u otras universidades, sino a la forma. También destacan que Clara Vega nunca lo consultó, que el decano Luna Mercado no avisó, que se enteraron por los medios y que el proyecto no fue consensuado. Tampoco le preguntaron a los alumnos si quieren cambiar de universidad, ni a los docentes y no docentes si quieren trabajar en otro lugar. No hubo asambleas, a pesar de que la senadora sostuvo ayer en una entrevista con Radio Fénix que la iniciativa se la acercó “la comunidad de Aimogasta”.
“No se puede construir destruyendo o fragmentando lo ya construido. El proyecto se basa en pasar los bienes de una universidad a otra, y no hay otro proyecto, ni carreras nuevas, ni un proyecto de prefactibilidad. Se construye sobre la fragmentación”, explicaron a EL FEDERAL fuentes del entorno de la actual gestión de la UNLAR.
Los argumentos de Vega
En los fundamentos del proyecto, Clara Vega defiende la educación pública y habla de la necesidad de “acrecentar la oferta educativa académica”.
“Este proyecto encierra en su ser un pedido legítimo y fundado de la comunidad educativa de Aimogasta por lograr la autonomía, cuyo objetivo no es otro que el de lograr la tan ansiada creación de la casa de altos estudio con sede en la misma ciudad”, indica.
A su vez, alega que la UNdeA, debido a su ubicación, “permitirá el acceso a cientos de jóvenes no solo de esta ciudad, sino también de localidades vecinas, como así también de Catamarca, Santiago del Estero, Tucumán, propiciando de esta manera en la región, un dinamismo interregional e interprovincial y, por qué no, internacional, teniendo en cuenta que nuestro país vecino más cercano es Chile”.
El mismo proyecto aclara que la creación de la UNdeA “no implicará, para el Estado, erogaciones dinerarias extras de las ya establecidas en el presupuesto” pues “para su autonomía solo requiere la transferencia del porcentaje correspondiente de la partida presupuestaria nacional asignada a la UNLAR”.
Y asegura que cuenta con “el apoyo de la comunidad de Aimogasta, llámese iglesia, familias, empresas, como así también de los diputados provinciales y ediles de Arauco”.
Fuentes del entorno de la senadora explicaron a EL FEDERAL que la legisladora realizó un informe de factibilidad que sería presentado al público la próxima semana.
Construir sin fragmentar
El Comité Ejecutivo del Consejo Interuniversitario Nacional emitió esta semana una declaración de apoyo a la UNLAR en la que llamó a profundizar el debate, rechazar todo intento de transferencia de bienes y evitar que “mientras se construye lo nuevo, se fragmenta lo ya existente de manera traumática y, a veces, menos eficiente”.
“Se recuerda que el CIN, como alternativa, en su oportunidad propuso ‘la generación de un Programa de Cooperación y Articulación Universitaria Nacional que utilice y optimice los recursos institucionales existentes, tanto para el sistema universitario público, como en las distintas regiones, a efectos de extender una oferta integral en los aspectos que así lo requieran en las zonas donde se revele la necesidad de atenderlo, a través de un política ordenada y cooperativa” (Ac. Pl. N° 629/07)’”, advirtió en el comunicado.
Una de las cuestiones que resaltó el CIN es que la UNLAR es una de las pocas universidades que tiene alta oferta académica en el interior, algo que no ocurre en provincias como Córdoba, Catamarca o Tucumán. En concreto, tiene sedes en Chepes, Chamical, Catuna, Villa Unión y justamente en Aimogasta, y delegaciones en Ulapes, Olta, Tama y Vinchina.