Javier Reyna era considerado un buen vecino, siempre saludaba a todo el mundo y quienes lo conocen, sostienen que era cariñoso con sus hijos. “Nadie se hubiese imaginado que iba a terminar así”, contó un habitante de calle Berutti, en el barrio La Toma de Capilla del Monte, consultado sobre el padre que esta tarde mató a puñaladas a su hijo de 10 años y degolló a su hija de 6 años, quien está luchando por su vida.

Reyna tiene 39 años de edad, se desempeña como chofer de un corralón de la zona y es apodado “Tano”. Vivía solo en la propiedad junto a su padre, quien padece del corazón y no se encontraba en el lugar de los hechos.

“Era un chico que iba y venía, saludaba a todo el mundo y hace algunos días, tenía a sus hijos con él”; relató otra vecina de la zona, quien contó que los niños siempre jugaban en la calle y él compartía fotos con ellos en las redes sociales.

Tras haberse separado de la madre de los chicos, quien reside en la localidad de Chilecito (La Rioja), Reyna habría experimentado un extraño cambio que pasaba imperceptible para sus allegados. Incluso sus familiares sostienen que “estaba todo normal” y no logran explicar lo sucedido, aunque hay versiones sobre un fuerte cuadro de depresión.

Ayer a la tarde, Reyna apuñaló en el tórax a su hijo de 10 años, luego degolló a su hija de 6 años e intentó suicidarse.

Cuando los efectivos policiales llegaron al lugar por las denuncias de los vecinos, se encontraron con una escena brutal. El padre estaba visiblemente alterado y los amenazaba con un cuchillo y dentro de la vivienda, yacía el cuerpo sin vida de su hijo mayor y estaba agonizando su hija menor.

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