La semana pasada fue la primera en la que se habló en La Rioja de manera más o menos general de los nombres que podrían competir en las elecciones legislativas. El tema lo instaló Felipe Álvarez (“voy a ser gobernador, me preparé toda mi vida para eso”), el título se viralizó y algunos recogieron el guante. En los últimos días también hubo movimientos especulativos, aunque nada serio por ahora.

Ante estas primeras manifestaciones proselitistas, la pregunta es si, como en años anteriores, a la campaña electoral se la devorarán la discusión por los nombres, las operaciones políticas y los chismes, o si se debatirán cuestiones de fondo sin demagogia. La Rioja tiene serios problemas económicos estructurales que rara vez son parte del debate electoral. La provincia no sólo está en default, sino que depende del dinero producido en otras provincias para subsistir.

Un ejemplo. El portal Economía Riojana publicó hace unos días que el Parque Industrial duplicó el uso de su capacidad instalada durante el último año. Pasó de poco más del 40% en diciembre de 2019 al 80% de hoy. La explicación es sencilla: la recuperación de la industria textil y la del calzado, ambas destrozadas por la apertura de importaciones durante el gobierno de Mauricio Macri.

La noticia es en principio muy positiva, sobre todo frente a una coyuntura hostil, pero detrás hay un debate medular: la mayor fuente de empleo privado en el Parque Industrial sigue siendo de sectores no competitivos, endebles ante que cualquier eventual gobierno liberal que pueda asumir en el futuro. Ahí aparecen las preguntas. ¿Hay que apostar a ese sector? ¿Se lo puede blindar para garantizar los puestos de trabajo? ¿Qué alternativas o complementos hay? Pero no parecería haber nadie dispuesto a debatir.

Por otra parte, el momento para dar un debate de fondo es ideal. Lejos de los 4 años de letargo del gobierno de Sergio Casas, la actual gestión tiene un plan, el tan nombrado Plan Angelleli. Bueno o malo, pero hay un programa. Y de eso se trata este editorial: de reivindicar la discusión política sobre problemas de fondo y terminar con la fantochada que todo se reduce a temas que no le cambian la vida a nadie.

Hasta ahora absolutamente nadie de la oposición opinó del tema. ¿Qué opinan del plan de Quintela? ¿Qué piensan de la situación del Parque Industrial? ¿Son correctas las prioridades del plan? ¿Qué falta? ¿Qué propuestas tienen para mejorarlo o modificarlo? ¿Cómo se podría resolver el default? ¿Cómo se puede convertir a La Rioja en una provincia productiva?

Son preguntas que cualquier sociedad que aspire a mejorar se debería hacer. Debetir es sano. Y es un necesario primer paso.

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