El incremento del 40% comenzará a cobrarse en agosto en cuatro tramos mensuales del 10%.

Entre los legisladores de La Rioja, el único que se pronunció en donar  a instituciones de bien público (hospitales, bomberos, clubes, etc) de La Rioja, es el senador Julio Martínez.

El aumento en un 40% de las dietas de los legisladores está firme y no hay intenciones de dar marcha atrás. Esa es la premisa que impera en el Congreso y en ambas cámaras legislativas, en las que diputados y senadores se disponen a cobrar el incremento en cuatro tramos que comenzarán en agosto próximo.

A pesar del revuelo que generó la noticia y que dividió opiniones, tanto hacia adentro de los bloques como de manera pública, lo cierto es que, salvo los diputados de la izquierda, ninguna bancada rechazó el aumento. Por el contrario, dejaron librada a la conciencia de sus legisladores cómo disponer del incremento que, al final del camino, en noviembre, redondeará unos 80.000 pesos brutos.

La polémica se disparó el pasado 3 de junio, cuando los presidentes de ambas cámaras, Cristina Kirchner (Senado) y Sergio Massa (Diputados), acordaron una paritaria para los empleados legislativos con un aumento en tramos del 10% durante los próximos cuatro meses. De esa medida, vienen enganchados los legisladores nacionales.

El primer bloque en reaccionar ante la ola de críticas fue Juntos por el Cambio, en el que se escucharon voces críticas a la oportunidad del aumento, por la pandemia y la crisis económica. Algunos de sus legisladores anunciaron que donarían el aumento.

Sin embargo, más allá de haber tomado distancia del peronismo y dejar en libertad de acción a sus legisladores para derivar el incremento de sus dietas a organizaciones de bien público, la lista de donantes es un misterio.

“Si damos esa lista se nos ‘pudre’ todo en el bloque”, le dijo a este diario un diputado de la principal bancada de oposición. “Hay un porcentaje que van a donar y otro que no, es todo lo que te puedo decir”, agregó.

En el Senado pasa algo similar. “Son muy pocos los que se expresaron, la mayoría lo dejó pasar”, dijo un legislador de la bancada opositora. “Cada uno es responsable y sabe lo que tiene que hacer”, remató.

Otro legislador opositor fue más directo. “Cuántos van a donar y cuántos no, recién se va a ver cuándo se cobre el primer tramo del aumento”, precisó.

El recibo de un senador asciende a $240.711 brutos en concepto de dieta. Es la base sobre la que se aplicará el primer tramo del aumento. A ese monto se suman gastos de representación y de movilidad y desarraigo para aquellos legisladores del interior.

En el Frente de Todos, en tanto, dan por cerrado el tema. “No nos mueve el amperímetro la cuestión; hace dos años que no teníamos un aumento y hay compañeros que lo necesitan”, explicaron voceros del oficialismo.

Lo cierto es que el tema no se discutió en el segundo piso del Senado, donde funciona el bloque oficialista, más allá de algunos comentarios en conversaciones bilaterales sobre la decisión del macrista Esteban Bullrich de donar el aumento.

La actitud de Bullrich también generó comentarios críticos entre sus compañeros de Juntos por el Cambio porque el bonaerense se cortó solo y anunció que donaría el incremento a pacientes que, como él, padecen esclerosis lateral amiotrófica (ELA), antes que el interbloque tomara una decisión.

El senador Esteban BullrichPrensa Senado

Lo cierto es que, casi dos semanas después, no hay definición y los senadores de Juntos por el Cambio quedaron en libertad de acción para disponer del incremento.

DIPUTADOS

Salvo el bloque de izquierda, en la Cámara de Diputados ninguna bancada objetó formalmente el aumento del 40% en las dietas. El tema incomoda tanto a oficialistas como opositores: si bien por lo bajo admiten que la suba es inoportuna, advierten que el monto de sus dietas está congelado desde el último trimestre de 2019.

En la actualidad, los diputados cobran un ingreso bruto de $238.829 pesos (dieta más gastos de representación). Descontados los aportes y Ganancias, perciben un sueldo de bolsillo de $159.151. Además, en una segunda liquidación, perciben gastos de movilidad y desarraigo por un monto que varía según la opción que elijan los diputados.

Massa había anticipado que convocaría a una reunión de jefes de bloque para decidir si se el aumento se iba a poner práctica, pero el encuentro no se concretó. En el Senado, esa opción nunca se barajó.

En Juntos por el Cambio la cuestión desató una fuerte discusión interna; algunos legisladores cuestionaron la suba por inoportuna, pero otros plantearon que la dieta no les alcanza para cubrir el doble gasto de vivir en sus provincias y sostener una vivienda en la Capital.

Después de una ardua discusión, el interbloque acordó que cada legislador resuelva qué hacer con el incremento. Algunos, como Mario Negri -jefe de la bancada-, dijeron que lo donarán. “Aumentarnos un 40%, es desproporcionado. Nosotros no firmamos eso. Es una paritaria que firmó Cristina Kirchner, Sergio Massa y el gremio para el personal legislativo, los legisladores están enganchados, pero no hay aumento desde hace 2 años. Hay que bancársela”, opinó el cordobés.

En lo formal, el principal interbloque opositor no rechazará la suba.

La única que se animó a justificar el aumento fue la diputada kirchnerista Fernanda Vallejos. “Tenemos el salario más bajo de toda la región, casi que da vergüenza”, expresó. Pese a las críticas, un trabajo de Directorio Legislativo le daría la razón: medida en dólares, la remuneración bruta de los diputados y senadores argentinos es la más baja de Sudamérica.

De todas maneras, los legisladores cuentan con una ventaja que no tienen los funcionarios del Poder Ejecutivo ni los magistrados del Poder Judicial: están habilitados a percibir ingresos por una actividad privada junto a sus dietas.

La Nación

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