Aunque parezca increíble un grupo de investigadores ha avalado el sacrificio de casi 10.000 caballos salvajes en Australia. No conformes con esto han cuestionado la decisión de las autoridades del país por considerar que la cifra es insuficiente para el objetivo que pretenden conseguir.
Fueron 69 los integrantes de la Academia de Ciencias de Australia los que estuvieron de acuerdo con esta matanza de la que se han hecho eco varios medios locales.
Incluso las personas de la entidad han decidido elevar su disgusto formalmente con una carta abierta destinada a las autoridades del estado de Nueva Gales del Sur. La tremenda decisión ha sido justificada por la superpoblación que existe de estos equinos en el Parque Nacional Kosciuszko.
Son un poco más de 14.000 los que habitan en el lugar. Es justamente la gran cantidad lo está provocando daños irreparables en la delicada vegetación, propia de la zona. Además, han explicado que están causando el crecimiento desmedido del estrés entre las especies nativas.
La mayor preocupación reside en que muchas de ellas se encuentran en un inminente peligro de extinción.
Según los especialistas sino se toman decisiones de manera urgente el año que viene los animales salvajes superarán rápidamente los 20 mil ejemplares lo que ocasionará aún más daño sobre la flora y la fauna autóctona de la reserva. Por ello es que han alzado su voz y esperan ser escuchados.
Quién tomó la decisión de sacrificarlos
La situación de la rápida reproducción de los animales salvajes y devastadoras consecuencias para el ecosistema tiene en alerta desde hace un tiempo al Servicio de Parques Nacionales y Vida Silvestre del estado. Fueron ellos los que se vieron obligados a tomar la drástica iniciativa de sacrificar, en una primera instancia a 3.000 caballos.
El resto sería reubicado en otra área del Parque. De esta manera, se espera que los sobrevivientes ocupen un espacio destinado a la conservación que solo compromete el 32% de la reserva. Este es el plan que los investigadores intentan dar de baja con la misiva enviada a las autoridades locales.
Los científicos consideran que de no aumentar la cifra de sacrificios, Kosciuszko no podrá recuperarse jamás de los daños que los equinos están causando. El panorama se ha complicado más aún debido a la sequía, los constantes incendios forestales y el pastoreo desmesurado por la superpoblación de los caballos.
En este sentido, han advertido que de no resolver el problema lo antes posible se terminarían asesinando regularmente a un grupo de estos animales para poder evitar que se reproduzcan como plaga dentro de la reserva.
De esta manera, incitaron a que se reduzcan las cifras con todos los métodos que estén al alcance siempre que se respeten las pautas del bienestar animal.