Del desconocimiento a nivel nacional la senadora riojana Clara Vega pasó a estar en los medios y en la boca de la clase política. Ayer facilitó el quorum al kirchnerismo para que comenzara la sesión en la que se convirtieron en ley los cambios de Bienes Personales. Dueña del “monobloque” Hay Futuro Argentina, todavía no regresó a su provincia. Allí, en el espacio al que se había sumado –Hay Futuro en La Rioja- prefieren que no sea más parte. Sus compañeros dicen haberse “sorprendidos” por su conducta.

En diálogo con La Nación, el diputado nacional Felipe Alvárez -a cuyo espacio provincial Vega se sumó- ratifica que los “sorprendió” la decisión de la senadora. 

“Habíamos estado horas atrás en la provincia y nunca nos dijo nada al respecto; yo voté en contra el presupuesto y toda la campaña nuestra fue rechazando la suba de impuestos. Queremos ser coherentes entre lo que dijimos y lo que hacemos”, afirma.

Ahora, además de las críticas de sus votantes, su nombre se ha convertido en blanco de cuestionamientos que incluso salpican a su familia.

En concreto, se supo que durante los últimos años sus familiares directos han conseguido cargos estatales con importantes salarios. Su hijo Lucas Ezequiel figura en Planta transitoria con un contrato A2 ($169.934,58) y la novia de Lucas tendría un contrato de 190 módulos por 45 mil pesos que se vencía el 31 de diciembre.

Su otro hijo Lautaro figura con un contrato de locación por 253 módulos ($60.046) que también vencía el 31 de diciembre de este año. La pareja de Lautaro tiene un contrato A-2 por 169 mil pesos y la cuñada de la senadora nacional, Lucinda, figura con un contrato A-3 ($143.827,31).