El abogado Lucas Benítez, que representa a uno de los tres policías acusados de torturar al nieto de Beto Ocampo en Villa Castelli, pidió “empatía” con su cliente, el subcomisario Franco Bustos. También dijo que no debería ser procesado si no aparecen las bolsas con las que el denunciante dijo que lo desmayaron en más de una ocasión.

“Son relatos de hechos, no hay otra cosa, no está la bolsa secuestrada, que pueden ser 10 mil bolsas, porque todas las bolsas de residuos son iguales. Pero para que la imputación se transforme en responsabilidad y lo procesen tiene que ser una bolsa número tal, detallada, porque si no mañana lo voy a invitar a mi casa a cenar, le voy a poner una bolsa para tirar la basura y usted va a decir que se la puse en la cabeza”, dijo Benítez en una entrevista con radio Fénix.

Cuando le marcaron que era ridículo pensar que la policía dejaría pruebas de las supuestas torturas, Benítez contestó: “Está bien, pero no importa. El derecho de defensa es garantía para todos, no para Franco Bustos, entonces, hay que tener un poco de empatía con la persona que se está acusando para saber si es o no es [responsable]”.

Fuentes judiciales confirmaron a EL FEDERAL que Bustos declaró como imputado la semana pasada vía Zoom. Según explicaron, el subcomisario reconoció que trabajó en el “caso Zoe”, algo que el denunciante dijo que le habría confesado durante la tortura. Ese dato, para el entorno de la víctima, es clave.

Para mañana está prevista la segunda declaración indagatoria de la suboficial mayor Beatriz Centeno. Al igual que Bustos y el sargento primero Daniel Argañaraz, está acusada del delito de apremios ilegales, que tiene una pena eventual de 1 a 5 años de prisión.

Beto Ocampo desapareció a fines de octubre del año pasado y fue hallado 22 días después sin vida en un pozo al que habría caído por accidente. La policía desconfió de su familia, pero el cuerpo estaba a unos 20 metros de la comisaría y cerca del camino que el anciano solía tomar todos los días.