La Fundación Tekove Mymba, el único santuario de animales de Argentina, continúa creciendo en su objetivo de rescatar y albergar en sus 1.200 hectáreas a distintos animales maltratados y explotados.

Este lunes, el ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Juan Cabandié, firmó un convenio con el representante del lugar, Juan Manuel Paccot, para destinar $ 32.781.952 millones en el marco del programa Fortalecimiento de Centros de Rescate y Rehabilitación de Fauna Silvestre.

El santuario es un campo que limita con la playa del Río Uruguay, a pocos kilómetros de Colón, en Colonia San Anselmo,y que posee instalaciones para los cuidadores (el equipo consta de 25 profesionales), heladeras con frutas y comida, insumos veterinarios y refugios naturales y otros construidos para que los animales puedan decidir dónde alojarse.

Tekove Mymba – que en guaraní significa vida animal- se distingue por la variedad de espacios verdes enriquecidos, que van desde pasturas para las vacas, cañaverales, árboles de cientos de metros, lagunas, y el río Uruguay a la orilla del campo.

Se espera que todo ello sea el próximo hogar de otros 21 animales que vivirán por primera vez en semi-libertad tras una vida de encierro en el ex zoo de La Rioja transformado en el Centro de Rescate y Preservación Yastay de esa ciudad.

En total son seis tigres de bengala, tres leones, 2 ligres, ocho pumas y dos osos pardo. La llegada de los osos tendrán un condimento especial ya que será la primera vez que el que ya está allí conozca y conviva con otros animales de su especie.

La gestión es el resultado de un convenio entre el Santuario y la municipalidad de la ciudad de La Rioja a cargo de la intendenta Inés Brizuela y Doria. El traspaso de animales se concretará cuando se recauden a través de donaciones a la cuenta de la Fundación un total de cinco millones de pesos para construir los recintos específicos. 

El Centro Yastay ya envió a 12 ciervos y dos suris que viven en 500 hectáreas, dos monos carayá, que fueron presas del trafico ilegal de especies, y la burra Pancha, liberada del trabajo forzado. El camino para el resto ya está hallado.