[REDACCIÓN EL FEDERAL] El obispo Dante Braida sigue sin dar explicaciones sobre su actuación en la causa Cristo Orante, en la que decidió no investigar a un monje que había sido acusado de abusar a un adolescente de 17 años. Esta vez, fue consultado en la calle por un periodista de EL FEDERAL, pero se subió a su auto y huyó cuando le preguntaron por el caso.
Este medio solicitó el año pasado una entrevista formal con Braida. Lo hizo primero a través de voceros informales que tiene la Iglesia y luego en la sede del Obispado, pero no obtuvo respuesta. En paralelo, el Arzobispado de Mendoza, donde trabajaba Braida al momento de la denuncia, puso a un operador de medios a divulgar una versión absolutamente falsa y maniquea del caso.
Esta vez, EL FEDERAL se acercó a hablar en persona con Braida, porque su silencio aturde. El obispo amablemente accedió a la entrevista, pero cuando este medio le pidió grabarlo y hablar de la causa Cristo Orante, el sacerdote se subió a su vehículo Chevrolet Corsa y escapó sin dar explicaciones. Se limitó a decir que no había recibido ninguna notificación de la denuncia.
Esa respuesta de Braida deja mal parado al Vaticano, pues es la propia Iglesia la que abrió dos casillas de mails formales para recibir denuncias contra sacerdotes acusados de abuso sexual. Se suponía que fue un mensaje en contra de la pederastía y los abusos. A esa cuentas, según el abogado Carlos Lombardi, fueron enviadas las denuncias. También dijo que mandó copias a distintas instituciones eclesiásticas. Pero, al parecer, nadie sabe nada.
El silencio de Braida y compañía, de acuerdo al abogado Lomabrdi, es una prueba de que la política de encubrimiento de la Iglesia a cientos de miles de curas violadores a lo largo y ancho del planeta sigue intacta. Poco y nada cambió.
El frustrado intento de entrevista de EL FEDERAL fue el 16 de marzo. Braida, antes de irse, prometió “hablar” con el padre Mauricio, quien se había comprometido a dar algún tipo de respuesta. Ya pasó casi un mes y hasta ahora no hay novedades.
El caso
Braida, su antecesor y actual arzobispo de Mendoza, Marcelo Colombo, y su auxiliar, el obispo Marcelo Mazzitelli, fueron denunciados junto a otros tres sacerdotes, por no iniciar un proceso penal canónico contra el monje Oscar Portillo, uno de los dos curas procesados por abuso sexual en la causa conocida como “Cristo Orante”.
El caso se conoció a principios de 2019, cuando Nicolás Bustos Norton denunció por abuso sexual en la justicia penal a los monjes Diego Roqué y Oscar Portillo, dos autoridades del monasterio Cristo Orante, de Mendoza, donde la víctima era seminarista. El joven describió que al menos tres de esos ataques, que ocurrieron entre 2009 y 2015, sucedieron cuando tenía 17 años -era menor de edad- y estaba bajo custodia de los monjes.
Roqué y Portillo fueron detenidos (ver foto), luego recibieron el beneficio de la prisión domiciliaria y actualmente están libres, mientras avanza el expediente en la justicia penal mendocina. Ambos están procesados por los delitos de “abuso sexual simple, agravado por ser figura de autoridad y por abuso sexual con acceso carnal y en tentativa”.
A pesar de que la caus apenal avanzó, Braida decidió no investigar a Portillo en la causa penal canónica, mientras que la Iglesia condenó a Roqué por violar el deber de castidad.
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