“Cansado” de que le roben, un médico de 56 años mató a un joven de 19 que había entrado a su casa, en Santiago del Estero. Tirador y cazador aficionado, está acusado de “homicidio calificado por el uso de armas de fuego y tenencia ilegal de uso de armas de guerra”. Ya lleva seis meses preso. Según contó, había hecho cuatro denuncias anteriormente “y nunca pasó nada”.
Daniel Roberto Carabajal, detenido desde el 24 de octubre del año pasado, declaró el lunes -en indagatoria- por primera vez. Antes se había abstenido por consejo de sus abogados, porque “la causa está mal caratulada”, dijo Fabiola Arce, que lo representa.
Todo ocurrió en la madrugada del 13 de octubre de 2021 en una casa de las calles Sexto Pasaje y 102, en el barrio Huaico Hondo, de la que sus hijos ahora se tuvieron que mudar por las amenazas y porque la prendieron fuego.
“Escucho voces afuera, me asomo (por unos agujeros en la pared) y veo dos individuos. Uno de estos logré ver que tenía un reflejo metálico en la mano”, sostuvo el médico.
En su declaración, a la que tuvo acceso Clarín, contó que como sus hijos rechazaban que tuviera armas en su casa, tenía una escondida. “A la escopeta la tenía debajo del colchón y como es habitual en el barrio el uso de tumberas me fui a la cama, la saqué debajo del colchón, vuelvo al baño y en el mueble que había allí estaban los cartuchos“, relató.
El imputado añadió: “Manoteo tres, cargué (la escopeta), remonté el arma, mientras miro que los dos individuos estaban a la izquierda, yo disparo a la derecha”.
La visión era “limitada porque la luz del tendido eléctrico no permite ver más allá de la calle”, agregó el médico y señaló también que, en ese momento, su hijo mayor le quitó el arma y lo golpeó en el pecho.
Preocupado por su hija menor, fueron a constatar que ella estuviera bien (tiene un bebé de pocos meses). “La encontramos llorando, asustada, le dijimos que cierre la puerta, que no salga, que íbamos a salir a revisar qué pasaba”, expresó.
Carabajal, junto a sus dos hijos, revisaron los costados de la casa y no encontraron a nadie. Entonces bajaron a la calle y miraron hacia ambos lados. Luego volvieron al lugar donde él había hecho los disparos. Tampoco encontraron nada. Eso duró alrededor de 20 minutos.
“Yo tenía miedo por mi hija, porque atiendo gente marginal y delictiva y escucho que ellos amenazan a los hijos apuntándoles y someten a la madre y lo cuentan orgullosos. Con anterioridad fui víctima de múltiples hechos delictivos, los cuales denuncié oportunamente, pero al ver que continuaban, dejé de denunciar, es algo habitual en la zona”, enfatizó en su declaración.
El barrio donde vivía el médico está ubicado al norte de la ciudad, en una loma, rodeada de dos zonas marginales donde abundan los hechos delictivos.
Uno de los disparos que hizo dio en el abdomen de Agustín Pacheco, de 19 años, que aparentemente había ingresado a robar al domicilio del médico, acompañado de un hermano y otro joven. El joven murió a los tres días en el Hospital Regional.
La abogada Fabiola Arce le dijo a Clarín que su representado “es un hombre bueno y trabajador, que nunca había tenido conflictos con nadie”.
Amenazas y mudanza
“Había realizado cuatro denuncias por incidentes de este tipo y nunca pasó nada. Sus hijos grandes tuvieron que irse a vivir a Salta por las amenazas de familiares y amigos del joven fallecido”, puntualizó.
De hecho, el día que falleció Pacheco, a la noche, familiares, vecinos y amigos de la familia del joven, empezaron a atacar con piedras, botellas y botellas con nafta, la casa del médico, por lo que debieron abandonarla. Volvieron el domingo siguiente y esta vez sí le quemaron casi la totalidad de la propiedad.
El médico es aficionado al tiro y a la caza, pero -según su abogada- había abandonado esos hobbies por problemas en la visión.
“La pandemia lo había golpeado mucho (es viudo) y por el 2020 le detectaron un cáncer que se lo trató él mismo. Así que no la venía pasando bien”, acotó Arce.
La abogada advirtió que “está mal caratulada la causa: lo acusan de homicidio calificado y, en realidad, para nosotros la tipificación es homicidio agravado”.
“También lo acusan de tenencia ilegal de armas de guerra y la tenencia es legítima, las armas están registradas y él está autorizado, sólo que por la pandemia no pudo renovar la documentación”, señaló Arce y precisó que se han presentado los papeles de esas armas.
“También vamos a impugnar el testimonio de Marcos Leiva, un joven que declaró como testigo, pero que estaba con Pacheco esa madrugada y fue uno de los que entró a la casa”, manifestó.
Este lunes se realizará la reconstrucción, para lo cual los hijos viajarán desde Salta. La fiscal pidió refuerzos policiales y que se extremen las medidas de seguridad.