Alejandro Sabater trabajaba en una metalúrgica cuando, de repente, lo echaron. Una enfermedad crónica lo obligaba a ir al médico muy seguido, pero a la empresa no le importó y en marzo le enviaron un telegrama de despido “por bajo rendimiento”. Tras esto, tomó una decisión: juntar cartones para ganar plata.

El joven de 29 años está en pareja y tiene un hijo. Además, estaba haciendo el ingreso a la Universidad Nacional de José C. Paz para poder hacer la Licenciatura en Tecnología de la Información, por lo que quedar desempleado no era una opción. Al salir a la calle, agarró su celular, filmó sus experiencias y su historia se hizo viral.

“Cuando me quedé sin trabajo no quería volver a trabajar en ninguna fábrica más, y estaba pensando en buscar un empleo de medio tiempo para poder estudiar y estar con mi nene ya que mi pareja es maestra jardinera”, recordó Alejandro en diálogo con Radio Mitre.

Fue su hermano quien le propuso juntar cartones ya que él también hace este oficio: “Me contó sobre el horario en que laburaba, cuánto se ganaba y me vino bien, porque era eso o ir a algún bar los fin de semana por la noche como ayudante de cocina”.

La idea le cerró y así empezó a cartonear por el barrio porteño de Palermo. “El primer día fue bastante difícil. Si bien vengo de una familia súper humilde, meterte adentro de los conteiner a abrir bolsa por bolsa es algo fuerte y no estas preparado para eso por mas que te cuenten”, confesó.

Ahora trabaja junto a su carrito por Chacarita y Paternal. En la basura no solo encuentra residuos, sino objetos que funcionan perfecto: desde auriculares tipo “gamer”, un minicompresor para inflar ruedas y hasta una heladera chica.

Pero revisar los containers también implica un riesgo. “Sufrí muchos raspones profundos- que por suerte no dejaron cicatrices-, además de golpes fuertes, pero nada que no me deje seguir trabajando”, aseguró Alejandro. De hecho, para cuidarse siempre lleva alcohol en gel o rebajado en agua para higienizarse.

Cómo es un día juntando cartones
En el caso del “cartonero tiktoker”, hace cuatro horas de lunes a viernes. “Se junta cartón por un lado y, después, todo lo que es plástico, ya sea botellas, nylon, sillas, tubos, se vende como mezcla”, explicó. “Cuando terminamos, lo vendemos en la cooperativa de cartoneros de Chacarita, la cual nos paga por quincena los 20 y los 5 (del cada mes) en una cuenta del banco”, indicó a su vez. En ese sentido, reveló que el sueldo mínimo es de 20 mil pesos.

Respecto al trabajo en la calle, las experiencias son divididas. “Una vez me dieron tarta de manzana, nos compraron una gaseosa y una señora se acercó para darme $200 y una invitación a la iglesia, todo es bienvenido”, relató.

Sin embargo, también vivió momentos incómodos: “Una de las peores cosas fue cuando estaba adentro de un container y una señora tiró su basura igual sin avisarme ni nada. Más allá de que tal vez no se dio cuenta, fue una situación donde me sentí verdaderamente mal”.

De todos modos, Alejandro cuenta con el apoyo de su familia: “Siempre fuimos muy humildes y no es nada loco para ellos saber que se hace lo que se puede para estar bien”. Y a pesar de que a sus amigos nunca les dijo “por vergüenza” que junta cartones, en las redes sociales tiene el apoyo de miles de usuarios.

“En este tiempo aprendí a que no tengo que dejar pasar los momentos con los míos, que esta etapa es importante y como padre tengo que estar, así tenga que trabajar de lo que sea”, concluyó.