Entre 40 y 45 días es la fecha que ponen las empresas del sector para que comience a notarse una falta de café en las góndolas de supermercado. Esta situación, más allá de alertar a los habituales consumidores de la tradicional bebida, puede marcar un panorama sobre lo que se vive en la Argentina.

Los principales proveedores de café mayoristas, dejaron de entregar máquinas a nuevos negocios en comodato, por no tener la posibilidad de traer insumos y partes para su reparación, advirtiendo que el stock de café en granos molido, “podría llegar a acabarse en un poco más de un mes”.

“El tema del café es gravísimo, las últimas medidas han restringido aún más el poco cupo que había. Los trámites de importación comienzan a ser denegados y corren peligro los stocks”, expresó el dueño de la cadena Café Martínez, otro eslabón de la cadena que se verá limitado.

¿El motivo? las trabas a las importaciones son el principal problema, su insumo principal llega 100% desde el exterior y no se puede reemplazar. El grano de café no se produce en el país y eso es una realidad.