Rioja Juniors le ganaba a San Francisco por 1 a 0, pero a los 32 minutos del primer tiempo y luego de la expulsión del tercer jugador en el equipo de La Quebrada, el árbitro Mauricio Díaz tuvo que suspender el juego por falta de garantías, ante los proyectiles que se arrojaron al campo de juego desde la tribuna del “Quebradeño”.
La violencia se hizo presente este domingo en la cancha Pedro Camilo, donde el partido entre Rioja Juniors y San Francisco tuvo que ser suspendido por falta de garantías.
Iban solo 32 minutos cuando luego de una fuerte infracción de Alejandro Brizuela sobre Federico Romero, el árbitro Mauricio Díaz le mostró correctamente la tarjeta roja al jugador de San Francisco. Esto desató el reclamo de sus compañeros, entre los cuales el más enérgico fue Martín Rincón, que también se fue expulsado, por exceso verbal contra el árbitro.
Esa nueva expulsión, que fue la tercera en el equipo (cinco minutos antes vio la roja Tobías Albarracín por otra dura falta sobre Pablo Guzmán) despertó la reacción de los hinchas, que comenzaron a arrojar piedras al campo de juego.
A partir de la gran cantidad de elementos que fueron arrojados y luego de dialogar con el jefe del operativo, Díaz tomó la determinación de suspender el encuentro.
Hasta ese entonces, lo ganaba Rioja Juniors por 1 a 0, con el gol de Pablo Guzmán a los 10 minutos de juego, luego de un remate desde afuera del área, que se metió junto al palo de la valla defendida por Gabriel Barrera.
Dos minutos luego del gol, el equipo de Mario Bazán tuvo el segundo, con un cabezazo de Ricardo Granillo que dio en la base del palo derecho.
Por el lado de San Francisco, la única chance fue a los 30´, cuando Cristian Rementería sacó una chilena tras un centro desde la izquierda, que Federico Romero salvó casi en la línea.
Después llegó el planchazo de Brizuela sobre Romero (que afortunadamente no sufrió una lesión ósea pero si un fuerte golpe en la pierna), que derivó en la expulsión y desató los lamentables incidentes que llevaron a la suspensión del partido.