Un empresario de 53 años fue asesinado a tiros este lunes en Castelar, a pocos metros de la distribuidora de bebidas de la cual era propietario.
Fue amenazado y estuvo en La Rioja radicado durante 20 días para dejar “enfriar” la situación, pero cuando volvió lo acribillaron.
Según informaron fuentes policiales, Roberto Adrián Gegundez recibió varios disparos en el cuerpo segundos después de haber descendido de su camioneta, una Ford F150 Raptor negra, en la entrada de la distribuidora de bebidas Central Oeste, una de varias empresas de las cuales integra el directorio de socios, ubicada en Colectora Oeste y Chivilcoy. El caso es investigado por la UFI N°3 de Morón, a cargo del doctor Mario Ferrario, que descarta en sus cálculos la hipótesis de un robo. Sus sospechas se centran en un posible ajuste de cuentas.
Los disparos fueron efectuados desde el interior de un auto Citroën C3 blanco, que nunca detuvo su movimiento mientras se realizaba el ataque.
El hecho ocurrió poco después de las 8.30 de la mañana. Gegundez estacionó su camioneta negra a casi diez metros de la entrada de la distribuidora. Apenas bajó del vehículo se le aproximó el auto blanco, con vidrios polarizados. Sin detener su marcha, desde una de las ventanillas del Citroën se efectuó una ráfaga de disparos. El empresario cayó directamente al asfalto sin siquiera haber podido cerrar la puerta de conductor de la camioneta.
Según afirmaron fuentes del caso, se detectaron al menos cuatro orificios de bala en el vehículo del empresario. Todavía no se precisó cuántos proyectiles impactaron contra el cuerpo de Gegundez. La víctima del ataque contaba con todas sus pertenencias, ni su camioneta había sido violentada al momento de la llegada de la Policía.
Además, se encontró un trozo de plomo de un proyectil dentro de la camioneta, aunque no se halló ninguna vaina servida, lo que permitiría analizar con rapidez cuál era el calibre del arma con la que se cometió el crimen.
En la distribuidora se encontraban unos pocos empleados. Nadie escuchó gritos ni voces en los instantes previos a las detonaciones de las armas. Asimismo, todavía se desconoce cuántas personas viajaban en el Citroën.
De momento, la fiscalía de Ferrario ordenó trasladar al cuerpo del empresario a la morgue para su correspondiente autopsia y, además, pidió un exhaustivo relevamiento de las cámaras de seguridad de la zona que hayan podido captar alguna secuencia del crimen y la ruta de llegada y escape de los homicidas.
Roberto Gegundez vivía en el country Banco Provincia de Moreno y se desplazaba siempre en su camioneta, aunque tenía otro auto.
El hermano de la víctima, Gustavo Gegundez (56), socio en varias de sus empresas, aseguró a la Policía Bonaerense que el empresario estaba amenazado. Dijo que en junio, su hermano había viajado a La Rioja, donde permaneció al menos por 20 días. Volvió a Buenos Aires después de asegurarle a su familia que “se había enfriado la cosa”.