En los pasillos del Congreso circula un comentario entre los empleados legislativos que dice que “si buscan un político no lo busquen en Diputados o el Senado, vayan a los canales de televisión”.

La ironía, un poco filosa, refleja lo realizado hasta estos días por ambas cámaras, con una escasa actividad tanto en sus recintos como en comisiones, en parte por la agenda que intenta imponer Cristina Kirchner y la falta de consenso entre el oficialismo y la oposición.

La actividad en ambas cámaras se vio atravesada por la polarización política, acentuada tras el intento de magnicidio contra la ex presidenta al llevar al límite los enfrentamientos entre el kirchnerismo y Juntos por el Cambio, puja que ya hizo fracasar, en 15 días, dos sesiones en Diputados, que no se reúne desde principios de julio para tratar leyes.

La semana pasada estaba previsto que Diputados sesione con un temario “light”, pero la relación entre el oficialismo y la oposición se tensó aún más y la sesión fue reprogramada para el próximo jueves.

Será después de que el jefe de Gabinete, Juan Manzur, brinde su primer informe de gestión en la Cámara baja, pese a que el gobernador de Tucumán con pedido de licencia asumió el cargo hace un año y tendría que haber visitado mes por medio a ese cuerpo.

Pero las estadísticas no hacen más que confirmar la inactividad del Congreso.

En Diputados hubo 7 sesiones y una Asamblea Legislativa, que marcó el inicio del periodo ordinario.

De las 7 sesiones, una fue para aceptar la renuncia del actual ministro de Economía, Sergio Massa, y designar a Cecilia Moreau como nueva titular del cuerpo. La otra fue para expresar el repudio de la Cámara al atentado contra la vicepresidenta.

El número de reuniones es sensiblemente menor de las 13 sesiones que se realizaron durante el año pasado, un período que estuvo marcado en parte por las restricciones de la pandemia del Covid-19 y por las elecciones legislativas.

Sin embargo, los datos son aún más alarmantes cuando se comparan con 2020, año en el que se dispuso confinamiento estricto y durante el cual la Cámara baja tuvo 19 sesiones y una Asamblea Legislativa.

El dato más curioso es que en ese período hubo tres reuniones en diciembre, una de las cuales se celebró dos días antes de Fin de Año y fue para aprobar el índice de movilidad jubilatoria.

Panorama en el Senado

En el Senado, donde la agenda está sujeta a los temas que impone la vicepresidenta, el nivel de actividad tampoco fue diferente, ya que en lo que va de 2022 se reunió en 10 oportunidades, de las cuales una fue la Asamblea Legislativa, otra una sesión informativa del jefe de Gabinete ( la única vez que Manzur fue al Congreso) y la restante fue para repudiar el ataque a la ex presidenta.

El año pasado, con los senadores haciendo campaña en sus provincias, el cuerpo se reunió en 19 oportunidades: 13 sesiones especiales, dos ordinarias, dos extraordinarias (se realizaron en febrero), una preparatoria y una Asamblea Legislativa.

Lo llamativo del propio Senado es que en los primeros nueve meses de 2020, el año de mayores restricciones por el coronavirus, se reunió casi el doble que en la mismo periodo de este año. En total, durante el año más trágico del coronavirus, los senadores sesionaron 32 veces.

Comisiones paralizadas

Esta tendencia hacia la falta de actividad se mantuvo en todos los ámbitos del Congreso porque no sólo se dio en el recinto sino que también se reflejó en las comisiones.

Por ejemplo, la comisión de Prevención de Adicciones y Control del Narcotráfico de Diputados se reunió sólo una vez en lo que va del año y fue para constituirse. Siendo uno de los flagelos que más preocupa desde lo social y desde la seguridad, esa comisión llevaría casi un año y medio sin tratar proyectos.

Situaciones similares se dan con las comisiones de Mercosur y de Vivienda, que tuvieron una reunión de conformación, pero no avanzaron en el análisis de las propuestas.

En el Senado, donde las comisiones de Asuntos Constitucionales y de Justicia y Asuntos Penales, son las fundamentales dentro del esquema de Cristina Kirchner, la situación es aún más difícil.

La comisión de Coparticipación Federal de Impuestos todavía no se conformó y la última reunión data de agosto del año pasado, cuando se confirmaron sus integrantes. Una situación similar afecta a la de Deportes.

Esto no es todo porque las bicamerales de Implementación del Código Procesal Penal como las de Seguridad Interior y la de Seguimiento del Ministerio Público, todavía no fueron conformadas porque faltan designar senadores o diputados.

Mientras se espera la conformación de estas comisiones, el presupuesto del Congreso, que comenzó este año siendo unos $ 59.000 millones, se elevó a más de $80.000 millones, de acuerdo a lo publicado por el Ministerio de Economía, en Presupuesto Abierto.

Cuando se consulta a los protagonistas por la inactividad del Congreso, tanto diputados como senadores se reparten culpas. Los oficialistas argumentan que no le dan los números para conseguir el quórum y la oposición dice que no son ellos quienes tienen la responsabilidad de garantizar el inicio de la sesión. Otros, por ejemplo, plantean que están a favor de “una agenda propositiva” frente a este marco.