[REDACCIÓN EL FEDERAL] La sesión de ayer en el Concejo Deliberante fue el escenario de un tenso cruce entre el viceintendente Guillermo Galván y el concejal Diego Narváez.
Todo comenzó cuando se estaba tratando el tercer punto del orden del día, que era la lectura de las cartas recibidas. Luego de que la prosecretaria administrativa diera a conocer los pedidos de juicio político contra el concejal Nelson Johannesen por reivindicar al grupo guerrillero Montoneros, Galván tomó la palabra. Dijo que había enviado una carta documento a la Provincia por el conflicto en torno a la declaración jurada de las entradas de espectáculos públicos y Narváez lo interrumpió.
En este punto hay un conflicto de interpretaciones. Por un lado, Galván advirtió que simplemente estaba leyendo una carta recibida por el Concejo. Por otro, Narváez le reclamó que era “un tema personal” y que no puede participar del debate.
Entonces, el concejal peronista comenzó a hablar encima de Galván para no dejarlo continuar. Y se produjo una situación tensa que duró varios minutos y que incluyó una lamentable actitud que se repite cada vez con más frecuencia: la presidenta del bloque del Frente de Todos, Yoly Corzo, se paró de su banca para increpar a Galván. Incluso el caos siguió cuando el Viceintendente terminó de leer y Narváez pidió una moción. No hubo paz.
En el medio, desde el fondo del recinto, la concejal Mónica Villafañe pidió la palabra y lanzó una frase para enmarcar: “Les pido por mi salud física y mental que pidan la palabra, porque sino esto se converite en la jaula de las locas”.
Hubo algunas risas por las formas, pero fue, sin duda, la reflexión más cuerda de una sesión regada de polémicas, quizás porque hay muchos ediles que ya están en “modo campaña” y tienen la cabeza más puesto en el 2023 que en lo que queda del año.