El billete de mayor denominación de la Argentina, el de $1.000 pesos, se emitió por primera vez hace 5 años, en noviembre de 2017. Esos 60 meses de su curso legal, muestra su pérdida de valor y del poder adquisitivo de los argentinos.

Cuando apareció valía USD 51,87 para luego llegar al fin de 2022 con un valor de tan solo USD 5,90 si se lo mide al valor presente del tipo de cambio oficial -$169,14 en el mercado mayorista- y de apenas USD 3,20 medido en la cotización.

Esta es la muestra de la caída del poder adquisitivo de los argentinos, y especialmente de los riojanos que tienen los sueldos más bajos del país.

Como ejemplo, el economista Diego Molina Gomez, publicó un cuadro tomando el sueldo de un enfermero de La Rioja y su pérdida del poder adquisitivo en 34 meses, siendo -113%

Para conservar el valor que tuvo en 2017, el billete de mayor denominación debería incrementar su valor nominal prácticamente por nueve para compensar la inflación

 El billete de mayor denominación, que es el de $1.000, se desvalorizó enormemente desde su primera emisión a fines de 2017. Con una inflación acumulada de más de 420%, hoy se necesitan cinco billetes para adquirir lo mismo que comprábamos con uno en 2017″.

La segunda razón es política. Cada vez que se decide emitir un nuevo billete comienza un debate en la Argentina sobre las figuras, que genera una nueva grieta. Queremos cambiar esa práctica desde el Congreso y por eso elegimos las figuras de Cecilia Grierson y Bernardo Houssay para tomar lo que nos identifica del pasado, y reivindicar lo mejor del presente, la ciencia y la paridad en democracia”, comentó Carrizo.

A su vez, diputados de Juntos por el Cambio presentaron en febrero un proyecto para emitir billetes de $2.000, $5.000 y $10.000 con el argumento de que “generará un ahorro a las arcas públicas dado el elevado costo de emisión”, dijo la diputada nacional Ana Carla Carrizo, de Evolución Radical, que presentó un proyecto de ley para que el Banco Central emita billetes de $5.000.

Otra forma de determinar cómo se consumió el poder adquisitivo del billete de $1.000 es al confrontarlo con el galopante avance de la inflación. En 60 meses, desde diciembre de 2017 a noviembre de 2022, la inflación acumulada fue de un aplastante 780 por ciento. Por lo tanto, el billete debería haber incrementado su valor nominal prácticamente por nueve para seguirle el ritmo a la suba de los precios al público.