*Por Angel Flores

Antes que nada, pido disculpas a nuestros lectores por la auto referencia en algunos párrafos en esta columna de opinión.

Y esto es porque la vida me dio la oportunidad de conocer otras culturas en países extranjeros y que me dieron una idea de cómo viven, que piensan y de todo lo que se puede hacer.

En el 2000 me fui por 11 años a California, y pude en solo 4 años comprarme una casa de 5 dormitorios, pisos de madera, piscina y jacuzzi, 2 autos y tener un estándar de vida muy bueno. Todo eso trabajando en la construcción.

Y haber vivido eso, hizo que me pregunte: ¿por qué en Argentina no se puede llegar a eso?. Y la respuesta llega por su propio peso. Por los gobiernos de turno.

Sin dudas son los responsables de hacer las cosas mal, con una gran cuota de corrupción que deja a todos los políticos y gremialistas, como una élite de ciudadanos millonarios, que la política sea una alternativa de enriquecerse sin controles, y que, en nombre de la pobreza de los argentinos, sean eternizados en el poder por décadas.

De esto se desprende entonces, que el real problema argentino, es la moral de las personas. Alguien me dijo que “para que tengas éxito en la vida, sin consecuencias a terceros, es ser buena persona”, y es real. La mayoría de los políticos han tenido éxito en su vida personal y patrimonial, pero con graves consecuencias a quienes los votaron. Todos pobres.

Vamos más a fondo. ¿Cómo puede ser que en La Rioja haya familias que cobren apenas $7.000 por mes (algún programa municipal), cuando el costo de vida supera los $130.000?. ¿Cómo pudimos llegar a eso?.

La respuesta necesita de algún sociólogo, psiquiatra o quizás de algún líder espiritual de la India.

“Si vos le pagás a una persona $5.000 por años, a la larga se va a acostumbrar a vivir con eso. Es una condición de superviviencia dentro del ADN humano”, me dijo Alfonso Gutierrez, sociólogo de la Universidad Nacional de Mendoza.

Si por años les pagas bajos sueldos, y cada tanto les das un mínimo aumento y lo tildás como “histórico”, vas a tener un pueblo agradecido, sumiso, calmado y sin reacción. Y es lo que está pasando.

Este año electoral te van a golpear la puerta los mismos que te llevaron a vivir en condiciones mínimas que no llegan a ser dignas. Los vas a ver simples, mimetizados como un vecino común, pero con muchas propiedades, autos de alta gama, y con vacaciones en Punta del Este, Miami o Cancún.

La realidad de cada riojano no pasa por las decisiones de la Corte Suprema, es problema es otro, la extrema pobreza que viven muchos riojanos.