Hace una semana la Gendarmería detuvo a Nolberto Inclán, quien se autodenomina el “Chapo de Orán”. Lo atraparon en el marco de un megaoperativo donde además detuvieron a familiares del capo narco y a un integrante de la misma fuerza. Llevaba una vida ostentosa, de lujos, vínculos con funcionarios de las fuerzas de seguridad y la impunidad como sello de quien maneja el narcotráfico.

Luego de recibir el visto bueno desde el Juzgado Federal de Tartagal, los uniformados efectuaron 13 allanamientos de forma simultánea, acción que también se desplegó en la provincia de La Rioja. A cargo estuvo la Unidad de Delitos Complejos Tartagal y Orán, perteneciente a la Gendarmería Nacional Argentina.

Para poder desbaratar la organización narcocriminal, conocida en la región, fueron parte del megaoperativo más de 100 efectivos y 30 vehículos. Desde diciembre pasado se puso en marcha la investigación, sin embargo la causa data del 2018, cuando gendarmes del Escuadrón 20 de Orán cayeron detenidos, tenían a su cargo la custodia del depósito de estupefacientes del Juzgado Federal de esa ciudad. Los funcionarios estaban en conexión con el “Chapo norteño”, se trata de Amílcar Valenzuela (cabo primero) y el suboficial Flores.

Fuentes investigativas confiaron al El Tribuno que a raíz del enorme poder adquisitivo con el que se maneja Beto Inclán, gracias al narcotráfico, la causa no avanzaba porque el líder narco tenía infiltrados en las fuerzas de seguridad, con los que negociaba a cambio de información.

En ese sentido, desde diciembre las nuevas pesquisas se llevaron a cabo bajo cuatro llaves. Minuciosamente los sabuesos fueron desandando su trabajo. El procedimiento comenzó el viernes a las 6, un grupo especializado apareció por sorpresa en la casa principal de Inclán o “Fantasma”, como también se lo conoce, ubicada en calle Lamadrid, pleno centro oranense a pocos metros del karaoke/pub “Kairós”, donde también ingresaron.

Entraron a una cochera donde el capo narco tenía una flota de autos de alta gama. Irrumpieron en la casa de la madre de Inclán, en el barrio Caballito, donde secuestraron unos 700 kilos de hojas de coca en estado natural y otros vehículos. Además del “Chapo norteño” detuvieron a un suboficial de la GN, Cristian Vargas, la exmujer de Valenzuela, al exyerno de Inclán y Gabriel Apaza Ruiz, mano derecha del capo narco.

Alguno de los autos secuestrados en el operativo

Beto Inclán, de policía a narcotraficante

Hace años que la Justicia Federal seguía los pasos de Norberto Osvaldo Inclán, más conocido como “Fantasma” o, como se autodenominaba el “Chapo de Orán”, en referencia al capo narco mexicano Joaquín Guzmán Loera, más conocido como El Chapo Guzmán.

Con una vida de ensueños, Beto Inclán disfrutó de viajes a lugares paradisíacos como el Caribe, República Dominicana, México o Brasil, entre otros destinos. Con la ostentación de aquellos narcos incapaces de ocultarla, fuentes de la investigación señalaron que el “Fantasma” movía grandes cantidades de droga y era conocido por mejicanear -en la jerga es robar la droga a otro- grandes cantidades de estupefacientes.

Fue integrante de la Policía de Salta, salió de la fuerza para dedicarse al narcotráfico. Las fuentes indicaron que también se dedicaba al tráfico de influencia, dado el enorme poder adquisitivo que supo amasar pagaba a personal de las fuerzas para que lo cubrieran.

Investigadores señalaron que la familia Inclán es renombrada en Orán, la mayoría se dedica al contrabando de hojas de coca en grandes cantidades, en este último operativo secuestraron unos 700 kilos de hojas de coca en estado natural en la casa de la madre del “Fantasma”.

Norberto Osvaldo Inclán había construido una reputación temible en el mundo del narcotráfico.

En un importante golpe contra el narcotráfico Gendarmería logró denter a Norberto Osvaldo Inclán, también conocido como el “Chapo de Orán”. Durante años, la Justicia Federal estuvo siguiendo de cerca los pasos de Inclán, apodado ’Fantasma’, debido a su habilidad para evadir la captura y mantenerse en las sombras del submundo del crimen. Quién era este hombre que tuvo una vida de lujos.

Con su alias inspirado en el famoso capo narco mexicano Joaquín Guzmán Loera, conocido como El Chapo Guzmán, Inclán había construido una reputación temible en el mundo del narcotráfico. Su arresto marca un hito en los esfuerzos de las autoridades por desmantelar las redes de drogas que operan en la región.

 

Con una vida de ensueños, Beto Inclán disfrutó de viajes a lugares paradisíacos como el Caribe, República Dominicana, México o Brasil, entre otros destinos. Con la ostentación de aquellos narcos incapaces de ocultarla, fuentes de la investigación señalaron que el ‘Fantasma‘ movía grandes cantidades de droga y era conocido por mejicanear -en la jerga es robar la droga a otro- grandes cantidades de estupefacientes.

Fue integrante de la Policía de Salta, salió de la fuerza para dedicarse al narcotráfico. Las fuentes indicaron que también se dedicaba al tráfico de influencia, dado el enorme poder adquisitivo que supo amasar pagaba a personal de las fuerzas para que lo cubrieran.

Investigadores señalaron que la familia Inclán es renombrada en Orán, la mayoría se dedica al contrabando de hojas de coca en grandes cantidades, en este último operativo secuestraron unos 700 kilos de hojas de coca en estado natural en la casa de la madre del ‘Fantasma‘.

Fuente EL TRIBUNO