En un mensaje grabado en la misma mañana del viernes feriado, en el Patio de Las Palmeras de la Casa Rosada, 48 horas antes de dejar el poder, Alberto Fernández hizo un balance de sus cuatro años de gestión.
En su mensaje de 32 minutos, el jefe de Estado saliente -que optó por el perfil bajo desde el cierre de listas hasta la derrota en el balotaje- intercaló autocríticas por la situación social con supuestos logros de su administración como el crecimiento de la actividad económica, el empleo y la renegociación de la deuda. Dos veces se refirió a Cristina Kirchner, pero no hizo referencia a las internas que los dividieron durante la gestión y que mencionó en su raid mediático de las últimas semanas.
“Sabemos que no alcanzamos los objetivos que nos propusimos en el fortalecimiento del ingreso, la lucha contra la inflación y la disminución de la pobreza. Porque las circunstancias y el contexto no nos acompañaron y también porque deberíamos haberlo hecho mejor o diferente”, sostuvo Fernández en su última intervención pública, en la que trabajó en los últimos días junto a los colaboradores de su extrema confianza como el secretario general de Presidencia Julio Vitobello, la portavoz Gabriela Cerruti y el vicejefe de Gabinete Juan Manuel Olmos. Todavía tiene agenda oficial, este sábado recibirá al Rey de España Felipe VI. El miércoles por la noche agasajó con una cena a parte de su equipo de trabajo.
El mandatario argentino expresó que Javier Milei recibirá un país en mejores condiciones que el que él heredó de Mauricio Macri. “El nuevo gobierno encontrará un país más federal, más justo, más potente, con enormes posibilidades de avanzar en el camino marcado”, señaló. En ese sentido, calculó que las exportaciones agrícolas y ganaderas y las de gas y de litio, sumarán US$ 35.000 millones para el año que viene. También enfatizó que la construcción del gasoducto Néstor Kirchner aliviará en US$ 5 mil millones las importaciones de energía y pronosticó que las exportaciones sumadas de bienes y servicios crecerán el 80% hacia 2030 .
Fernández, que evocó los 40 años consecutivos de democracia, no se privó de advertir sobre el impacto del ajuste fiscal que prepara el gobierno entrante. “Con semejante escenario no es razonable pensar en un ajuste que detenga nuestra producción y restrinja el empleo y el consumo que tanto nos ha costado recuperar. Debemos cuidar que bajo el argumento de querer resolver el problema fiscal, no se vulneren los derechos de los que trabajan ni se frustren las aspiraciones de los que invierten y producen”, señaló.
El mandatario saliente, blanco de todas las críticas de sus aliados, enfatizó que deja un país mejor que el que recibió. “Argentina es un país mucho mejor que hace cuatro años: con más trabajo, más obras de infraestructura construidas, más viviendas, más industria, más universidades, más derechos para las mujeres y disidencias, más desarrollo de ciencia y tecnología”, sentenció.
Aunque Fernández destacó una y otra vez que le tocó gobernar en una pandemia, sin crédito y afrontar las consecuencias de la guerra en Ucrania y la sequía, en su última cadena aludió a esos escollos, pero reconoció que los resultados de su mandato no fueron los esperados. “Siento satisfacción con todo lo hecho y construido, pero también siento pesar por no haber podido concretar todo lo que nos propusimos alcanzar. Lo que faltó hacer, lo que nos impidieron hacer, lo que no debimos hacer o lo que debimos haber hecho de otro modo. Sé que en todo tengo responsabilidad. Aun cuando fue singular el momento en que nos tocó gobernar y aun cuando el contexto argentino tornó todo más complejo, no estoy aquí para cargar culpas en otros”, expresó en una elipsis en la que también pareció incluir los errores no forzados, como el Olivos-gate.
Entre los logros de su gestión, que ocuparon la mayor parte de la exposición, Fernández destacó que la economía creció un 16% entre 2021 y 2022. “El empleo registrado comenzó un crecimiento que lleva 37 meses ininterrumpidos, el lapso más prolongado de creación de empleo observado en democracia. El empleo industrial es el más alto de los últimos seis años”, sostuvo. Enumeró las 4 mil obras públicas finalizadas de las 7 mil en ejecución, los 4 mil kilómetros de redes de AYSA, y los balances positivos de YPF y Aerolíneas Argentinas y destacó la obra del gasoducto como la más importante de los últimos 40 años.
Días después de advertir que el índice de pobreza debería ser calculado de otra manera, Fernández -que el lunes partirá a España, donde lo espera su familia- volvió a señalar el mayor déficit de su gestión. “Guardo conmigo el dolor profundo de no haber llegado a mejorar la vida de quienes aún están en la pobreza”, dijo.
En el tramo final de su discurso, Fernández agradeció a sus colaboradores y a los intendentes y gobernadores que lo acompañaron en su gestión y reivindicó a la política como único medio de transformación.
“Como siempre nos marcaba Néstor, como siempre creyó Cristina, estoy convencido de que hacemos política para poder transformar la Patria. Mi reconocimiento también a ellos”, concluyó luego de referirse al “terror” que lo invadió la noche que atentaron contra la vicepresidenta.
Fue la única mención a la vicepresidenta, de quien dijo recientemente que no comparte sus manera de entender la política. Al final, sin embargo, dejó una reflexión que pareció aludir a la ex presidenta que lo ungió en 2019. “No voy a elegir el lugar cómodo de esperar el juicio de la historia que suele ser benévola con los ex presidentes porque oculta los claroscuros del presente. Escucho y me hago cargo del juicio de mis contemporáneos. De su entusiasmo, sus enojos y sus críticas”, sostuvo. Cristina Kirchner -como le dijo al Tribunal Oral Federal N2, en 2019- está convencida de que la Historia la absolvió.