*Por el Equipo de El Federal

Un proyecto para garantizar el estacionamiento gratuito de bicicletas en la ciudad de La Rioja generó polémica ayer en redes sociales. La iniciativa contempla la posibilidad de que los rodados puedan dejarse sin costo en los garajes privados y plantea una solución para su financiamiento.

El proyecto presentado por el concejal Pablo Herrera impulsa dos alternativas. La primera, consagrada en el artículo 1, establece la implementación de un “sitio para el estacionamiento gratuito de bicicletas sobre las veredas” frente a edificios públicos, empresas del Estado, hospitales y escuelas, siempre y cuando el ancho de las aceras así lo permitan. Este tipo de iniciativas no son una novedad, porque ya existen en algunos lugares.

La disposición más interesante es quizás la del artículo 2, que establece el estacionamiento gratuito en playas de estacionamiento privadas, además de las municipales. El proyecto propone que el sitio destinado a tal fin sea “equivalente al espacio ocupado por un automóvil grande”. 

Asimismo, en el artículo 4 establece la forma de financiar la construcción y mantenimiento de esos espacios, que podrían apelar a dispositivos verticales u horizontales: con publicidad en “los laterales de comienzo y fin de estacionamiento”. Esto incluso podría generar una ganancia extra para los dueños de los estacionamientos, pues perderían una dársena, pero podrían recaudar más dinero por publicidad.

No obstante, el concejal Herrera advirtió en las bases del proyecto que también podría ser financiado por empresas a través de un programa de Responsabilidad Social Empresaria, en lugares como supermercados.

Por último, en cuanto al diseño de los dispositivos para estacionar, el proyecto aclara en el artículo 3 que “estará a cargo del Municipio”, pues existen diversas alternativas.

Pros y contras 

Es innegable que la bicicleta no es sólo un dispositivo de esparcimiento, sino también un medio de transporte y que la idea ampliamente dominante en el mundo, fundamentalmente en las grandes ciudades, es fomentar su uso a través de diferentes estrategias.

La Rioja, en particular, tiene un factor que desincentiva, que es el clima, pero no es menos importante la cuestión de la seguridad. Una rueda delantera o un asiento de bicicleta siempre son difíciles de cuidar de los robos, por más medidas que se tomen para protegerlos.

Quizás habría que preguntarse si la inversión en espacios públicos vale la pena, pues los lugares en los que ya existen este tipo de dispositivos suelen estar desocupados. Hoy por hoy hay muy poco volumen de uso de bicicletas y el sistema de Rioja en Bici, que en un primer momento pareció despegar, al menos durante el verano se notó claramente que perdió peso.

Por otra parte, en cuanto a las playas privadas, habrá que ver, también, si vale la pena semejante movimiento para que estacionen un puñado de bicicletas y si acaso el proyecto no es una excusa para facilitar un ingreso a los garajes con publicidad.

Como sea, es un debate interesante que merece ser dado. Hay que dar impulso a las bicicletas y todo proyecto que tenga esa meta como norte debe ser seriamente tratado y debatido. Quizás hoy el volumen de bicicletas no lo justifique, pero puede funcionar como estímulo para el futuro. Habrá que dar la discusión.