*Por Juan Pablo Parrilla 

El oficialismo presentó un proyecto para regular el funcionamiento de UBER en La Rioja, pese a que todavía entre los taxistas no hay acuerdo sobre el tema. Es probable que en el corto plazo el Concejo Deliberante convoque a una audiencia pública. Se estima que en la provincia hay unos 500 conductores que usan la aplicación. En este artículo repasamos el contenido del proyecto original y te contamos cómo funciona en otras partes del país y del mundo.

Antes que nada, una aclaración. Es probable que el proyecto presentado por el concejal Alberto Centeno se modifique si finalmente llega al recinto. El edil no quiso contestar a las consultas de EL FEDERAL ONLINE sobre el tema. 

En primer lugar, los interesados en ofrecer un servicio vía Uber, Cabify, Didi o cualquiera de ese tipo de aplicaciones deberá contar con un permiso de explotación, mientras que los vehículos también deberán tramitar una identificación. Habrá un permiso por persona. Y los que no sean titulares de los vehículos deberán contar con un permiso correspondiente. 

Los usuarios que exploten el servicio también deberán pagar cada seis meses al Municipio el equivalente a 330 UTM, es decir, $8.580 al precio de hoy.

El permisionario deberá contar con una Licencia de Conducir Profesional de clase “D1, D2, D3” y deberá presentar un libre de deuda del vehículo para tramitar la habilitación. 

Se exigirá, además, la contratación de seguros de responsabilidad civil de personas transportadas y de terceros, y daños materiales, todos sin límite de monto, y seguro de vida para el conductor. También tendrán que tener la RTO vigente. 

En cuanto a las sanciones, el proyecto crea una multa de 300 “unidades fijas” por “el incumplimiento de las condiciones establecidas”, lo que equivale a $7.800.

El proyecto aclara que el objetivo es regular toda forma de transporte de gestión colaborativa, como Trami, Didi, Cabify o la propia Uber, y cualquiera que surja en el futuro. La idea es declarar esos servicios como “una actividad privada de interés público”, algo similar a lo que hizo Mendoza. Ya hubo varias reuniones entre concejales y taxistas por este tema (foto).

Aunque el proyecto al que accedió este medio tiene bastantes precisiones, buena parte de las reglas las deja a voluntad de la reglamentación del Ejecutivo municipal, por lo que su eventual aprobación no hará que entre vigor de manera urgente. Pero la iniciativa elaborada permite ver algunos lineamientos y requisitos que el oficialismo está pensando para su implementación. 

En La Rioja, particularmente, hay tres factores clave a tener en cuenta en el debate. Uno: los taxistas y remiseros pagan licencias para tener el monopolio de la calle. Tienen derecho a exigir alguna retribución. Dos: las plataformas son mucho mejores para los consumidores y ofrecen muchas alternativas. Tres: faltan taxis y remises. Se calcula que la oferta cayó un 30% tras la pandemia.  

Si hay un patrón que parecería repetirse en todo el planeta es que una vez que UBER se instala en alguna ciudad, siempre genera un conflicto. Y, en general, primero viene una feroz resistencia de los taxistas y remiseros, incluso en muchos casos termina interviniendo la justicia, y finalmente todo termina con algún tipo de regulación. 

La Rioja llega así a un debate que ya tiene bastante más de una década, que nació con Uber en San Francisco, EEUU, y que contagió al mundo a medida que la plataforma extendía sus operaciones y se creabam otras aplicaciones para competir. 

No hay una fórmula común. En Uber estiman que hay unas 150 regulaciones distintas.  En la otra vereda, hay países que prohibieron la aplicación. Son Dinamarca, Hungría, Tailandia, Canadá, Alemania, Rumania, Bulgaria, Italia, Hong Kong y Australia.  

En Argentina, Mendoza picó en punta cuando incluyó a Uber y compañía dentro de la Ley de Movilidad como una categoría legal aparate del resto. Eso implicó, entre otras cosas, el pago de impuestos locales, además de forzar a la compañía a tener una oficina comercial en la provincia y un representante legal. La legislación también estableció que las empresas digitales son “solidariamente responsables” con los prestadores del servicio.  

El tema llegó a la justicia y la sala II de la Suprema Corte provincial rechazó un planteo de inconstitucionalidad de la Asociación de Propietarios de Taxis. En territorio porteño la justicia también se expidió a favor de la app. 

En el país hay pocos distritos que siguieron a Mendoza. Catamarca se sumó el año pasado con una ley que exige a los conductores los mismos requisitos que cumplen taxistas y remiseros. En el plano municipal, la ciudad de Corrientes tiene regulación propia. La plataforma directamente no permite registrarse a quienes no cuenten con habilitación.  

En San Juan hubo un intento fallido por regular. En Tucumán, hubo una regulación que fue derogada por el gobernador Osvaldo Jaldo. En Córdoba está legalizada de hecho por la extensión de su uso, como en buena parte del país, pero no está regulada e incluso la capital provincial aumentó las multas a los infractores.

La primera ciudad en América Latina que reguló Uber fue México. Allí, a las exigencias habituales, como la necesidad de contar con licencia profesional, se le sumó un requisito extra: la obligación de someterse a exámenes psicológicos. También es un deber de los conductores tener vehículos con aire acondicionado.  

En México, la empresa, a su vez, paga un tributo equivalente al 2% de su recaudación, que es destinado a mejorar el sistema de transporte. Otras ciudades elevaron al máximo los impuestos, como Ohio, en EEUU, donde se exige un pago de 5 mil dólares a los conductores. 

San Pablo le dio otra vuelta de tuerca y busca concentrar la oferta en los lugares en los que hay menos transporte público. A nivel país, Portugal exige un curso de entrenamiento especial que cubre comunicación, relaciones interpersonales y profesionalismo.

La enorme mayoría de los países y ciudades que regularon Uber establecieron la prohibición de recoger pasajeros en la calle, quizás como estrategia de frenar los enfrentamientos con taxistas y remiseros. Ese requisito no está en el proyecto original que se presentó en La Rioja. 

En muchos lugares hoy Uber ofrece incentivos para que los taxistas se sumen a la aplicación. Tal el caso de Nueva York, donde hubo directamente un acuerdo entre el Estado y la empresa, el primero de su tipo en el mundo.

En Argentina, en Buenos Aires ya está activa la categoría UberTaxi, a la que Mendoza se sumó recientemente, que otorga dinero en efectivo a los taxistas que completen una determinada cantidad de viajes. En Mendoza ese monto es de 25 mil pesos por 25 viajes. También hay incentivos económicos a quienes recomienden a otros taxistas que se sumen a la app.