Luego de años de pedir justicia y de insistir para conseguir un juez juzgue finalmente a Paul Waidatt, el caso de “Charly” Cordero Robles finalmente llegará a juicio oral este martes, a partir de las 9.30, en los juzgados de Chilecito, según confirmó su familia a EL FEDERAL ONLINE.

“Charly” Cordero Robles tenía 26 años, era gestor automotor, estudiaba administración de empresas y era cinturón negro e instructor de taekwondo. En la madrugada del 24 de mayo de 2015 había ido junto a sus amigos al boliche Club Treo, ubicado sobre la ruta 12, a unas 15 cuadras del centro de Chilecito.

Paul Waidatt había ido esa misma noche a Club Treo. Varios testigos lo recuerdan porque tenía un yeso en el brazo izquierdo y estaba muy borracho. Declararon que balbuceaba, que no tenía coordinación. Uno dijo estuvo a los empujones con dos chicas, otro comentó que casi se pelea en dos ocasiones, primero cerca de los baños y después en el primer piso del local; y una tercera persona contó que lo vio a punto de trenzarse con otro joven en el estacionamiento, cuando terminó el baile.

De acuerdo al relato de un cuidacoches, antes de retirarse en un modelo viejo de un Audi A6 Waidatt embistió dos veces el alambrado perimetral del estacionamiento. Y partió hacia el centro de la ciudad por la ruta 12. Una pericia arrojó que al momento del accidente el joven circulaba a entre 119 y 127 km/h, en una zona en la que -según la querella- rige la velocidad máxima de una zona urbana.

A pesar de que el yeso le disminuía la capacidad de maniobrar, a unos 500 metros del boliche quiso sobrepasar a un vehículo, pero lo chocó en la parte izquierda. Finalmente perdió el control del Audi y se fue hacia la vereda de enfrente, por donde caminaban tres amigos, dos de los cuales fueron impactados de lleno: Charly, que salió despedido casi 15 metros y murió unos minutos después, y Sebastián Vergara, que fue gravemente herido.

Muchos testigos coinciden en que el conductor se bajó del auto muy alterado y agresivo. Ocho personas declararon que en ningún momento se acercó a las víctimas ni se interesó por ellas. Varios comentaron que repetía frases como “soy Paul Waidatt, nadie me puede hacer nada”. Sucede que su abuelo fue una de las personas más ricas de Chilecito, aunque algunas fuentes consultadas comentaron que sus descendientes dilapidaron la fortuna. La policía tuvo que defenderlo para que no lo lincharan.

La muerte de Charly tuvo mucha repercusión en La Rioja. Era la segunda víctima fatal por un borracho al volante en dos semanas. Ocho días después, el gobernador Luis Beder Herrera firmó el decreto 840 que modificó el Código de Faltas y dispuso una pena de hasta 30 días de arresto al que maneje con más de 200 mg/l de alcohol en sangre.