Un equipo de la Universidad de Rosario realizó un estudio que alerta sobre el consumo masivo de este contaminante. Podría provocar cáncer, enfermedades neurodegenerativas y anomalías congénitas.

Según reveló una investigación reciente dirigida por Alejandro Oliva, director del programa de Salud y Medio Ambiente del Centro de Estudios Interdisciplinarios de la Universidad Nacional de Rosario, que será publicada en la revista Water and Health (Agua y Salud), más de 17 millones de personas en Argentina están expuestas al consumo de agua con arsénico, superior a lo que establece la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El arsénico es un contaminante de origen natural debido a la erosión de las rocas en los acuíferos; también puede originarse –aunque en menor medida– de actividades realizadas por los humanos provenientes de procesos industriales como minería, fundición de metales, pesticidas, conservantes de la madera, etc. Es, además, una de las diez sustancias químicas consideradas por la OMS como un “importante problema de salud pública” y fue calificada por el organismo como cancerígena.

Por la dimensión del conflicto sanitario, Alejandro Oliva lo equipara a “una epidemia“. De hecho se elaboran estudios que comprueban la conexión entre este contaminante y enfermedades como cáncer y Alzheimer. Con la información recopilada de 12 provincias, elaboraron un mapa que podría servir a la población como alarma y a los gobiernos como base de políticas públicas orientadas a frenar su impacto.

“Con este tema todos miran para el costado. Ya lo hemos conversado con diferentes ministerios provinciales y lo único que les preocupa es que esto no salga a la luz, porque deberían dar respuestas”, indica Oliva; “Si no se monta una vigilancia y se garantiza una seguridad hídrica que controle obligatoriamente lo que sucede, esto se volverá mucho más serio que cualquier problema de salud pública“.

A principios de noviembre el Instituto Tecnológico de Buenos Aires también relanzó el mapa del arsénico en Argentina, una herramienta que se propone monitorear la presencia de arsénico en el agua de diversas regiones del país. Este relanzamiento estuvo acompañado con un llamado a la comunidad a contribuir con nuevas muestras.

En La Rioja, y según el mapa del arsénico en Argentina, se detectaron dos localidades con arsénico en el agua. Una es Tilimuqui en el departamento de Chilecito, con una medición de 4.56 ppb de arsénico. Y la otra es Aicuña, en el departamento de Felipe Varela con una medición de 6.38 ppb de arsénico.