Según el Índice de Calidad Del Aire (IQ Air), Argentina experimentó un preocupante deterioro en la calidad de su aire en varias de sus ciudades que resultaron afectadas tanto por los incendios forestales como por los altos niveles de polución.
Las ciudades que resultaron más contaminadas fueron aquellas que sufrieron un alto impacto del humo generado por incendios en el propio territorio y de naciones vecinas (Bolivia y Brasil). La contaminación atmosférica en Argentina supera en 1,8 veces los valores recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para mantener un entorno saludable.
Este preocupante nivel de polución tiene consecuencias directas en la salud de la población, especialmente en sus vías aéreas.
Argentina ocupa el puesto 101 de 134 entre los países más afectados en el ranking global de contaminación. En 2024, las 10 ciudades con los peores índices de calidad del aire fueron:
- Córdoba
- La Rioja
- San Juan
- San Luis
- Mendoza
- San Rafael
- Santiago del Estero
- San Miguel de Tucumán
- Salta
- Jujuy
Los incendios bolivianos y brasileños
En el país del altiplano se dieron los peores siniestros en dos décadas: varios millones de hectáreas de la selva amazónica fueron devastadas por lenguas de fuego que se mantuvieron activas durante meses.
El fenómeno fue tan notable que las cenizas llegaron, aunque parezca increíble, hasta la propia ciudad de Buenos Aires, ubicada a casi 3.000 kilómetros de las zonas afectadas.
En el caso de Brasil, el avance de la ganadería y los cultivos no tiene freno. El coloso sudamericano se consolida como el principal productor mundial de soja y carne vacuna gracias a una deforestación notable del Mato Grosso, ubicado en plena selva. Lo hace “gracias” a que grupos interesados incendian para deforestar.
Luego, las quemazones terminan afectando a ciudades del Norte de la Argentina. Los números son contundentes: la “riqueza” de los productores de bovinos termina afectando nuestros ecosistemas.
El impacto en nuestra salud
No se trata solamente de un problema ambiental, sino también una crisis de salud pública. Según la OMS, la polución atmosférica es responsable de cuatro millones de muertes prematuras en todo el mundo cada año.
La OMS asegura que cada año hay más enfermedades relacionadas con la exposición prolongada a las partículas contaminantes que flotan en el ambiente. Concretamente, la exposición constante a un aire de mala calidad puede derivar en enfermedades respiratorias y cardiovasculares.
Los grupos más vulnerables son los niños, los ancianos y las personas con problemas de salud preexistentes.