*Por el Equipo de EL FEDERAL ONLINE

La situación por una eventual visita a Famatina de la secretaria de Minería, Ivana Guardia, derivó en una protesta de la asamblea de vecinos. Algunos creen que la funcionaria se aprovechó del cura local para intentar utilizar su figura, mientras que otros desconfían del sacerdote. El problema de fondo gira en torno a la falta de información sobre la actividad de los lavadores de oro.

Según intentó reconstruir EL FEDERAL ONLINE, todo comenzó con un problema con los lavadores de oro. “Están instalando maquinarias que ya no son de pequeña escala. Tienen camión volcador, retroexcavadora y unos tipos de zarandas especiales. Y todo esto es para mover metros de arena, no es un trabajo artesanal. A su vez, se están vinculando con mineros de otros lugares, que los estarían por financiar y hasta comprarles tierras para instalarse”, contó un vecino.

“El tema -siguió- es que ellos no deberían tener papeles de nada para vender. Un comprador nos contó que Caliva, un lavador de oro, le habría vendido. Y cuando le preguntaron con qué papeles, dijo que el gobierno ya lo había autorizado para hacer eso, pero nosotros no sabemos si es verdad o mentira”.

Ante ese panorama, desde la asamblea le enviaron el 21 de febrero una nota a la secretaria de Minería, Ivana Guardia, en la que le pidieron información sobre la situación de los lavadores de oro en la zona del paraje Los Ramblones, sobre el río Achavil, en Alto Carrizal. Querían saber, en concreto, si existen registros de derechos mineros en la zona, si hay proyectos y cuáles son las coordenadas.

El contexto es clave. Tanto Ivana Guardia como su par de Ambiente, Santiago Azulay, vienen retaceando la información ante los pedidos de las asambleas de vecinos. Hubo solicitudes rechazadas por motivos insólitos, como la supuesta falta de claridad de un apellido en una nota, y otras que se perdieron en la burocracia.

Si Ivana Guardia vino a intentar lavar la imagen de la minería en La Rioja, arrancó con el pie izquierdo, porque generó absoluta desconfianza en las asambleas: hasta ahora se comportó igual que sus antecesores y ahora parece que vino buscar un aliado en la misma iglesia que históricamente acompañó a los vecinos. Este nuevo capítulo puede haber destruido cualquier posibilidad de diálogo a futuro. Difícilmente haya marcha atrás.

Aquí es donde entra a jugar el padre Roberto Murral. Hay quienes le reclaman que no se viene involucrando en el tema minero, como ocurrió en su momento con el padre Omar Quintero, pero también hay un sector importante de los vecinos y de los asambleístas que lo respaldan, porque consideran que hasta ahora no había hipótesis de conflicto minero en la zona.

Así las cosas, el 7 de abril un grupo de asambleístas lo fue a ver para pedirle si podía viajar a la capital a averiguar qué había pasado con la nota. Y en este punto hay dos miradas de lo que ocurrió. Un sector de la asamblea dice que el cura no brindó ninguna respuesta, por lo que continuaron reclamando a la Secretaría de Minería con varios mails, cuya existencia pudo ser constatada por EL FEDERAL ONLINE.

Del otro lado, quienes confían en el padre aseguran que viajó a la capital a consultar por la nota en la Secretaría de Ambiente, y que allí le informaron que la propia Ivana Guardia iría hoy, 29 de abril, a Famatina, para reunirse con quienes lo deseen y conversar con los vecinos, pero sin responder a nada por escrito.

Finalmente, el jueves pasado el padre envió un mensaje de WhatsApp en el que contó sobre la visita de Guardia y ahí estalló el conflicto.

La Asamblea de Famatina reaccionó con un duro comunicado. Convocó a una reunión para el domingo y a un corte de ruta en la punta de la calle sur para este martes.

“El padre Roberto Mural está promoviendo una reunión con la secretaria de Minería de la Provincia para dar licencia social a la explotación en Famatina”, lo acusaron. “Lo único que tenía que hacer era ver el expediente y que le respondan si está autorizada o no la actividad en Los Ramblones”, agregaron en dos comunicados.

Otros asambleístas contactados por EL FEDERAL ONLINE describieron el escenario desde otra perspectiva. “Se está distorsionando la información, porque la reunión con Minería no era para hablar de la licencia social para la minería, sino sobre la situación de los lavadores de oro en Famatina, para lo que la asamblea había solicitado un pedido de informe. El padre fue solo un vehículo por pedido de la asamblea para acelerar esa respuesta que estaba haciendo esperar“, explicaron.

“Al curita le jugaron mal, porque le pedían que participe y se involucre, y cuando se ofreció, le dijeron sobre las notas presentadas y el pedido de información. Estando en La Rioja, fue a ver qué novedad había (por pedido de la asamblea) y le dijeron que iban a ir para dar las respuestas de forma personal y directa. Y ahora señalan que él trae a la minería y la licencia social, cuando en realidad ellos le exigieron que apure la respuesta, por ser de la iglesia y formar así como una entidad mediadora”, agregó.

Por su parte, el sábado el padre Roberto le envió a varios contactos un mensaje, en el que explicó que simplemente se ofreció a viajar, que lo hizo con gusto y que le dijeron que Guardia visitaría Famatina el 29 de abril.

“Allí terminó mi tarea y lo informé a varios. La parroquia ofrecerá el espacio del salón parroquial para la reunión, en caso de concretarse. No hay otra razón ni interés más que el bien de la comunidad y la mayor publicación de la información que puedan ofrecer a la comunidad”, aclaró.

En el medio, hay rumores sobre el uso político que se le podría dar a este conflicto. Hay quienes creen que lo agitan los radicales, quienes buscan vincular al padre con el quintelismo y la intendenta Adriana Olima.

Esta mañana, fuentes del gobierno buscaron poner paños fríos ante la consulta de este medio. “Al gobierno no le interesa la explotación en Famatina. Visibilizar ese conflicto va en contra de la estrategia que está desplegando”, explicó un funcionario consultado. Traducido: el gobierno busca hacer minería lejos de las comunidades que podrían provocar un conflicto, todo lo contrario a lo que sucede en Famatina.

Lo cierto es que, una vez más, el motor del conflicto es la falta de información. Si Ivana Guardia hubiera contestado la nota, el conflicto no hubiera escalado. En el gobierno repiten como mantra que ahora sí hay licencia social para la minería, una afirmación que parece muy exagerada, sobre todo cuando las prácticas siguen siendo las mismas de siempre.