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Un posteo en las redes sociales de La Rioja, llamó la atención a tal punto que es lo más visto en Facebook, por un extraño incidente en la llamada “Cueva de las Brujas” en Sanagasta.

La publicación titula que “Apareció un espectro maligno en la Cueva de las Brujas en Sanagasta”, relato de cuatro turistas españoles que visitaron el lugar junto a un guía turístico. El posteo fue publicado por el periodista Miguel Gonzalez de La Rioja.

“Si escuchan risas o sienten que alguien los observa, no se detengan. Sigan caminando. No siempre están solos ahí adentro”, les habría advertido el guía.

El miedo se apoderó de turistas hasta que “una figura oscura, al borde de lo intangible, parecía observarlos desde una grieta de la cueva. Alta, delgada, cubierta por una especie de manto negro que flotaba apenas por encima del suelo. No se movía. Solo estaba ahí”, detalla el relato

EL TEXTO COMPLETO

APARECIÓ UN ESPECTRO MALIGNO EN LA CUEVA DE LAS BRUJAS EN SANAGASTA

Cuatro turistas españoles visitaron la cueva de las brujas en Sanagasta y se llevaron un susto.

Cuatro turistas —Lucía, Fabián, Carla y Rodrigo — decidieron visitar la famosa Cueva de la Salamanca, en Sanagasta, La Rioja. Habían oído hablar de los relatos sobre brujas, aquelarres y pactos oscuros, pero lo tomaban como parte del folclore local, algo pintoresco y misterioso, perfecto para una excursión de fin de semana.

Llegaron por la tarde, cuando el sol comenzaba a esconderse detrás de los cerros. El guía que los recibió les advirtió en tono medio en broma, medio en serio:

—“Si escuchan risas o sienten que alguien los observa, no se detengan. Sigan caminando. No siempre están solos ahí adentro…”

Rieron nerviosamente y comenzaron el recorrido. Al principio todo era normal: paredes rocosas, ecos que rebotaban con cada palabra, y un leve olor a tierra húmeda. Pero a medida que avanzaban más profundo, el ambiente se volvió extraño. El aire se volvió más frío, y una sensación de inquietud se apoderó del grupo.

Fue entonces cuando Carla se detuvo en seco.

—“¿Vieron eso?” —susurró.

Una figura oscura, al borde de lo intangible, parecía observarlos desde una grieta de la cueva. Alta, delgada, cubierta por una especie de manto negro que flotaba apenas por encima del suelo. No se movía. Solo estaba ahí.

Rodrigo intentó alumbrarla con la linterna del celular, pero la figura simplemente desapareció… o se esfumó.

De pronto, un chillido agudo resonó en toda la cueva, como si viniera de las mismas piedras. Fabián gritó. Lucía empezó a correr, presa del pánico. Carla tropezó y cayó al suelo, mientras algo —una risa baja, grave, imposible de ubicar— se escuchaba cerca, demasiado cerca.

Sin esperar al guía ni a nadie más, los cuatro salieron corriendo, sin mirar atrás, hasta que vieron la luz natural nuevamente. Afuera, respiraron agitadamente, sin poder creer lo que acababan de vivir.

El guía, cuando los encontró minutos después, simplemente los miró con resignación y dijo:

—“No son los primeros. Pero sí tuvieron suerte. No a todos los dejan salir tan fácil.”

EL FEDERAL ONLINE trató de verificar con el periodista si el incidente fue verídico, sin tener respuestas, pero los comentarios de los usuarios indican que la historia es real, otros aseguran que es un posteo para promocionar el lugar, y otros advierten que con esos temas, no hay que reírse.