Santiago Oría es el cineasta oficial de Javier Milei y actual director de Realizaciones Audiovisuales de la Presidencia. Desde 2021 es el encargado de registrar cada paso del libertario y, a esta altura, su voz funciona como parte del dispositivo comunicacional del oficialismo. En plena tensión para el oficialismo post derrota electoral, volvió a irrumpir en la escena con un mensaje en la red social X que generó fuerte repercusión.

Javier es Karina, Karina es Javier. El establishment despiadado de este país cruel quiere romper a Karina porque quieren romper a Javier”. En un extenso texto, defendió a la secretaria general de la Presidencia como pieza central de todo el proyecto libertario: “No hay fenómeno Milei, no hay La Libertad Avanza, no hay Presidencia y no hay revolución liberal de derecha sin Karina Milei”.

El cineasta describió a “El Jefe” -como Milei apoda a su hermana- como la arquitecta silenciosa de cada hito del Presidente: “Ella construyó la escalera, peldaño por peldaño, que llevó a Javier de desconocido absoluto a líder mundial de la Libertad”. También denunció “operaciones malvadas” contra los Milei y lanzó una advertencia directa: “No se coman la curva, no se dejen operar. A todos nuestros enemigos les digo: no vamos a permitir que rompan este vínculo… vamos a contraatacar con toda la furia”.

El peso de estas palabras se explica en el recorrido de Oría. Desde la campaña de 2021, donde filmó los actos que llevaron a Milei al Congreso, hasta el 10 de julio de 2023, cuando estrenó en el Cine-Teatro Rivadavia su documental “Javier Milei: la revolución liberal”, su trabajo se convirtió en el corazón visual de la narrativa libertaria. Ese documental no fue un simple registro: funcionó como pieza propagandística, épica y la gran carta de presentación de Milei como candidato presidencial.

Con Milei en la Casa Rosada, Oría pasó a tener un rol clave en la comunicación política de LLA. Más que un cineasta oficial, actúa como parte del círculo íntimo de los Milei: su lealtad está en defender a capa y espada a Javier y, sobre todo, a Karina, y en transformar cada ataque en un relato de resistencia.