La ciudad de Chepes celebrará este martes su 271° aniversario. El gobernador Ricardo Quintela y gran parte del gabinete provincial, acompañarán a la intendente de Rosario Vera Peñaloza, Laura Carrizo durante los festejos por un nuevo aniversario de la ciudad de Chepes este martes 30 de septiembre.
El departamento Rosario Vera Peñaloza padece desde hace décadas. La población suele atravesar emergencias hídricas cada verano, cuando se agudiza la falta de agua potable. La paradoja es que algunos historiadores sostienen que su nombre deriva de “Chepi” o “Chepe”, que en lengua cacana (de los diaguitas) significaría “agua que brota” o “manantial”, en referencia a vertientes y aguadas que existían en la zona.
O sea, el nombre quedó como un recuerdo de lo que alguna vez caracterizó al lugar: los manantiales y aguadas que permitieron fundar el poblado en 1754.
También, y según Wikipedia, el vocablo “Chepes” es precisamente un ejemplo de ello ya que proviene del araucano y significa ‘gente amiga’.
El problema del agua en Chepes viene de hace décadas, y distintos gobiernos provinciales y municipales han intentado dar soluciones, aunque nunca alcanzaron para resolverlo de manera definitiva. Falta de inversiones y pocas políticas de soluciones definitivas, fueron la consecuencia que hace décadas padecen sus vecinos.
Chepes sigue dependiendo de pozos y de un sistema acueducto limitado, lo que genera cortes, baja presión y agua de mala calidad. Cada verano, el tema del agua vuelve a ser un reclamo central de los vecinos.
Para el próximo verano, según especialistas, la situación del agua en Chepes probablemente será muy crítica. Hay indicios y antecedentes que permiten proyectar algunos de los principales problemas, aunque con margen de incertidumbre por el clima.
El próximo verano en Chepes podría caracterizarse por cortes frecuentes y distribución de agua por turnos, baja presión en barrios alejados, restricciones en el uso doméstico y creciente dependencia de camiones cisterna, mientras la calidad del agua se deteriora al recurrir a pozos más salinos. Esta situación afectaría tanto a la población urbana como a la rural, comprometiendo la producción agrícola y ganadera, y podría derivar en conflictos sociales y reclamos vecinales ante la falta de soluciones estructurales.
En resumen: se hicieron obras parciales, pero la falta de un plan integral de provisión a largo plazo mantiene a Chepes con un déficit estructural de agua potable, que al parecer, nunca se va a solucionar.