La sucesión del ministro Petri implicó un cambio inédito en democracia. El jefe del Ejército asumirá el cargo, pero no pediría el retiro efectivo.

De los dos cambios en el Gabinete que quedaban pendientes, la designación por parte de Javier Milei del jefe del Ejército Argentino, teniente general Carlos Presti, como futuro ministro de Defensa generó un fuerte impacto político, tanto por ser la primera vez que un militar en actividad asume ese cargo en democracia, como por el contraste que representa frente a la relación que el kirchnerismo tuvo con los militares.

Por el caso, el riojano y ex ministro de Defensa Julio Martínez emitió un comunicado sobre este cambio impulsado por Milei.

Javier Milei y Carlos Alberto Presti

EL CONTROL CIVIL DE LAS FUERZAS ARMADAS ESTÁ GARANTIZADO

               Raúl Alfonsín procuró asegurar el control civil sobre las Fuerzas Armadas, porque era una condición imprescindible para consolidar la democracia tras la dictadura militar (1976–1983). Desde 1930 hasta 1983, Argentina sufrió numerosos golpes de Estado. –

                Las Fuerzas Armadas tenían una cultura institucional por la cual se consideraban árbitros de la política, y “la reserva moral de la Nación”, interviniendo cuando evaluaban -según su criterio- que “el orden” estaba en peligro. Sin dudas, el mando general de las fuerzas en manos civiles era una absoluta necesidad en la vuelta de la democracia y años sucesivos.-

                En 1983, y por varios años más, las Fuerzas Armadas mantuvieron una fuerte autonomía interna, con doctrinas propias (Doctrina de la Seguridad Nacional), y con mandos cuestionados por crímenes del terrorismo de Estado. –

                El nuevo gobierno democrático debía afirmar su autoridad. Alfonsín entendía que, sin control civil, la democracia estaba en riesgo.

Su prioridad era neutralizar la capacidad de presión militar con el Juicio a las Juntas (1985), impulsando la rendición de cuentas, y la subordinación militar a la Justicia civil. Para eso necesitaba reducir la resistencia militar. Buscaba convertirlas en instituciones modernas, orientadas a la defensa externa y no a la política interna.-

                Él, sabía que la democracia argentina sólo sería estable si los militares quedaban subordinados al control civil, como en cualquier república moderna. Para eso se crea un marco jurídico con tres leyes fundamentales que hoy siguen vigentes: Ley de Defensa Nacional, Ley de Seguridad Interior, y Ley de Inteligencia.-

                Su objetivo principal era la prevención de nuevos golpes de Estado, y para ello impuso el juicio y responsabilidad por el terrorismo de Estado, profesionalización de las fuerzas, y fortalecimiento institucional. Su objetivo final fue asegurar el “Nunca Más”, y cimentar un sistema democrático estable y duradero. Y lo logró.-

                Si hace 20, 30 o 40 años, se hubiera tomado la decisión de designar a un militar al frente del Ministerio de Defensa, yo me hubiera opuesto fervientemente. Pero ya transcurridos más de 40 años de democracia, y gracias a Raúl Alfonsín, tenemos fuerzas armadas de la democracia, subordinadas a la Constitución y al control civil del Presidente de la Nación; es decir, subordinadas a voluntad popular.-

                Por todas estas razones, no advierto mayores dificultades en la designación de un militar como Ministro de Defensa; ni que esto ponga en riesgo de manera alguna la democracia.-

                Hoy, absolutamente todos los riesgos y causales que ponían en peligro el Estado de Derecho desaparecieron, ya que tenemos fuerzas armadas formadas en y para la democracia.-

               En otros países del mundo, como EUA y países europeos, es muy común la designación de Militares para cumplir distintos cargos, y eso no genera ningún tipo de controversia ni discusión. Obviamente ellos no tuvieron la historia de interrupciones del orden democrático como nosotros.-

                Debemos aclarar que en este caso, el Teniente General Carlos Presti nació en 1966;  por lo tanto en el golpe de estado de 1976 tenía 10 años, y en el regreso de la democracia 17 años. Por lo tanto, no tiene posibilidades materiales de ninguna responsabilidad durante la dictadura, como sí la tuvo César Milani por ejemplo. Nunca estuve de acuerdo con condenar a nadie por portación de apellido -eso lo hacían los Nazis, y también lo hizo el kirchnerismo-, por lo tanto no estoy de acuerdo en condenar o juzgar a Presti por lo que haya realizado o no su padre.-

                También debemos aclarar que el control civil de las Fuerzas Armadas está garantizado por tres razones fundamentales:

1-            Porque el presidente es el comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, y es civil.

2-            Por la vigencia de las tres leyes que así lo indican (Ley de Defensa Nacional, Ley de Seguridad Interior, y Ley de Inteligencia).

3-            Porque el Teniente General Carlos Alberto Presti deberá pedir su retiro de la fuerza, y asumir como civil el cargo de Ministro de Defensa. –

                En las circunstancias actuales, mi mayor preocupación en materia de Defensa no es la designación del nuevo ministro, sino los desafíos y urgencias que hay que resolver, como el problema del IOSFA, los sueldos de los militares, y la necesidad de dotar a las fuerzas de equipamiento adecuado y materiales tales como drones, misiles, etc., que permitan estar preparados para cumplir las verdaderas misiones que le asignan la constitución y las leyes.-

                             JULIO CESAR MARTINEZ

                   Ex Ministro de Defensa de La Nación