La Rioja registró un total de 437.324 accesos a internet durante el último período relevado, según datos oficiales. De ese total, 325.139 corresponden a líneas móviles —celulares con servicio de datos— y 112.185 a conexiones fijas instaladas en hogares y comercios. La provincia muestra así un crecimiento interanual del 3,7%, por encima del promedio nacional, y consolida una tendencia sostenida en el uso intensivo de internet móvil como principal vía de conectividad.

La cifra de accesos móviles es particularmente significativa: supera a la población total registrada por el Censo 2022, que ubicó a La Rioja en torno a los 384 mil habitantes. Esto implica que, en promedio, hay más de un dispositivo con acceso a internet por persona. La multiplicidad de líneas responde a distintos hábitos de uso: teléfonos personales y laborales, alternancia entre compañías, equipos secundarios o servicios vinculados a la actividad económica local.

En paralelo, las conexiones fijas continúan en expansión y gran parte de ellas se sostienen gracias a la empresa estatal Internet Para Todos (IPT), que concentra alrededor de 98 mil de los accesos domiciliarios. El rol de IPT es clave para extender el servicio a zonas donde la oferta privada no logra cubrir la demanda o donde la infraestructura es limitada. Su aporte permite una penetración mayor en localidades intermedias y rurales, reduciendo la brecha digital y ampliando la disponibilidad de banda ancha.

Aunque La Rioja mantiene un ritmo de crecimiento moderado en términos porcentuales, los números muestran un escenario de consolidación: la mayoría de la población ya cuenta con internet móvil y el desafío se desplaza hacia la calidad, la estabilidad del servicio y la ampliación de la infraestructura. La preferencia por el uso del celular como principal herramienta de conexión se refleja en la proporción de accesos móviles frente a los fijos, tendencia que se observa de forma sostenida en el tiempo.

El incremento general de accesos, tanto móviles como domiciliarios, también está asociado a la demanda creciente de servicios digitales, trámites en línea, educación virtual y consumo audiovisual. La conectividad dejó de ser un servicio complementario y se volvió esencial para la vida cotidiana, lo que presiona sobre las redes existentes y exige inversiones continuas para mantener la capacidad operativa.

La provincia enfrenta ahora el reto de garantizar calidad de servicio, evitar saturaciones y asegurar que la expansión llegue a los sectores más postergados. Con más accesos que habitantes y una clara predominancia del uso móvil, La Rioja atraviesa una etapa donde la infraestructura y la planificación serán determinantes para sostener el crecimiento digital en los próximos años.