La paciencia se agotó en Chañarmuyo. En la mañana de este lunes, vecinos de la localidad del departamento Famatina realizaron un corte total de la ruta que une Pituil con Chañarmuyo, en reclamo por la falta absoluta de agua potable, una situación que —según denuncian— se arrastra desde hace más de dos meses sin respuestas oficiales.
De acuerdo a los manifestantes, la crisis se originó tras la quema de la bomba que abastece de agua potable a Chañarmuyo y Pituil, sin que hasta el momento las autoridades departamentales hayan tomado medidas concretas para restablecer el servicio. La consecuencia es grave: familias enteras sin acceso a un derecho básico, en pleno siglo XXI.
Los vecinos apuntan directamente contra la intendenta Adriana Olima, quien —según relatan— habría respondido que “no hay plata” para reparar la bomba, mientras el problema se profundiza día tras día. “Hace oídos sordos a los reclamos no solo de Chañarmuyo, sino a los múltiples problemas que afectan a todo el departamento”, expresaron con indignación.
Indignación social y testimonios contundentes
La bronca social se hizo sentir con fuerza durante la protesta. Entre los comentarios que circulaban entre los vecinos, el malestar fue explícito:
“Es una vergüenza las autoridades que tenemos. Mientras a ellos no les falte nada y tomen agua mineral, al resto no le importa. Ellos no sufren problemas de estómago ni de riñones, y si se sienten mal, tienen plata para atenderse en clínicas privadas. Plata para fiestas hay, pero para una bomba dicen que no”.
Otro vecino fue aún más contundente:
“Este problema lleva mucho tiempo. Hay un abandono total de las plantas potabilizadoras, una pésima distribución del agua de riego y potable. Personal hay, lo que falta es voluntad política, compromiso y dedicación. Estamos en el siglo XXI y seguimos viviendo como en el siglo pasado”.
Un reclamo que expone una gestión ausente
El corte de ruta no es un hecho aislado, sino el síntoma de un malestar profundo frente a una gestión que, según los vecinos, prioriza otros gastos mientras desatiende necesidades básicas. La falta de agua potable no solo afecta la vida cotidiana, sino que pone en riesgo la salud de toda la comunidad.
Mientras tanto, Chañarmuyo sigue esperando una respuesta concreta. La protesta deja en evidencia una realidad incómoda: cuando el Estado se ausenta, la gente sale a la ruta para hacerse escuchar.
