Desde que las destrezas gauchas existen como tal, se realiza una práctica que consiste en perseguir un gallo o en su defecto, una gallina, y atrapar el animal. Mientras de un lado se encuentran los que defienden la actividad, hay otros que la cuestionan fuertemente y sugieren alternativas.

Este domingo se realizó en Valle Fértil una nueva edición del Festival de la Amazona Vallista, un encuentro que reúne al gauchaje sanjuanino en el departamento del este. Como sucede en cada festival donde participan las agrupaciones, se realizan distintas actividades en el campo de destrezas. La jineteada suele ser la más convocante, pero también hay otras que resultan ser pintorescas como polémicas. Una de ellas fue la suelta del gallo, una actividad que tiene su tiempo entre el gauchaje, se realiza en todo el país y nuevamente abre el cuestionamiento sobre el uso de animales para el entretenimiento.

El festival se realizó el 17 de agosto, jornada en la que se conmemoró el Día del Niño. Debido a la fecha y la presencia de infantes se realizó la suelta del gallo. Para tener una idea sobre la actividad, la misma consiste en ubicar un grupo de personas en una especie de línea de largada imaginaria, mientras el responsable de largar el ave se encuentra unos metros delante del grupo, para sacar ventaja.

Cuando se dispone, se suelta el animal que corre por todo el campo de destrezas, mientras es perseguido. La finalidad es atraparlo en el mayor tiempo posible.

Mientras para algunas personas esta actividad es atractiva, interesante y hasta presenta un toque de gracia por momentos (debido a la “destreza” del animal por huir); hay quienes deciden cuestionarla, criticarla y poner ojo crítico al uso del animal con fines meramente ociosos.

“Yo la verdad prefiero no filmar esa parte. Grabo todo lo que pasa, pero cuando hacen la suelta de gallo, interrumpo la grabación”, comenta un espectador a otros mientras avanza la primera tanda de suelta de gallo.

En esta edición se realizaron dos. Por un lado, participaron los niños, quienes persiguieron al animal en tres oportunidades. Por el otro, participaron las niñas, quienes en la primera corrida lograron atrapar al animal. Un detalle no menor es que se utilizaron dos aves para la actividad y ninguna de ellas resultó evidentemente herida.

Los comentarios durante la persecución del ave fueron variados. Algunos sugerían hacer como se realiza en otros festivales, donde una persona se disfraza de gallo para la persecución; mientras que otros indicaban que era totalmente innecesario darle continuidad a la suelta. También hay un sector que no cuestiona la actividad, ya que responde a las prácticas propias de las destrezas gauchas, como la carrera de tambores, monta de petisos, prueba de rienda, boleada de avestruz, entre otras.

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