Un proyecto impulsado en la Legislatura bonaerense por la diputada Lucía Lorena Klug (UxP) propone la creación de un tributo específico para el metano generado por la actividad ganadera en la provincia de Buenos Aires. La iniciativa, presentada a días de que la legisladora finalice su mandato, no cuenta con acompañamiento de otros bloques y, según trascendió en ámbitos legislativos, habría sido presentada “a modo de despedida”.
El texto plantea en su artículo inicial: “Créase la Tasa Ambiental sobre el Metano en Buenos Aires (Tamba) en función de mitigar la emisión de gas metano y hacer factible a largo plazo su actividad económica, sobre la base del principio de Responsabilidad Extendida del Productor para el sector ganadero”. El proyecto también propone la conformación de un fondo fiduciario destinado a compensar dichas emisiones mediante mejoras en la gestión de residuos sólidos urbanos.
En los fundamentos, Klug señala que la iniciativa “surge de la imperiosa necesidad de enfrentar los desafíos del cambio climático y sus efectos, particularmente en lo que respecta a las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)”. Cita además datos del Inventario Nacional de GEI, donde se destaca que la provincia de Buenos Aires genera “un cuarto del total de GEl del país” y que el 27% corresponde al metano, con la ganadería como una de las principales fuentes.
La propuesta define como “sujetos obligados” a las empresas ganaderas radicadas en territorio bonaerense. En el artículo 6 aclara que la tasa se determinará “en función de los kilogramos de co2e (…) emitidos en la producción de cada establecimiento”, calculados en relación con el número de cabezas y su sistema productivo.
La iniciativa fue rechazada de inmediato por la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap). Su presidente, Ignacio Kovarsky, afirmó: “Cobrar por respirar a las vacas no reduce emisiones, reduce producción”. En un comunicado, la entidad amplió: “El metano se mide; la improvisación legislativa también… y emite mucho más”, cuestionando el sustento técnico del proyecto y la carga impositiva adicional sobre el sector.
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Carbap remarcó que la propuesta “no reduce emisiones, reduce producción, competitividad y empleo”, y reclamó políticas basadas en evidencia y diálogo. En la misma línea, el diputado provincial Luciano Bugallo (Coalición Cívica) calificó la iniciativa como un “límite del absurdo”, al considerar que implicaría “un nuevo ‘impuesto a los pedos de las vacas’”. Subrayó que “no existe hoy un método práctico, económico ni verificable para medir individualmente las emisiones de metano de cada animal”, lo que, según él, vuelve inviable el esquema planteado.
El proyecto permanece sin tratamiento y aún no existe fecha definida para su debate en comisión.
