El jefe comunal de La Rioja Capital quedó en el puesto 22 del ranking federal de diciembre. Con un rechazo que supera el 60%, comparte el «fondo de la tabla» junto a sus pares de La Plata y Bariloche.
El humor social en la capital riojana acompaña la tendencia provincial y enciende luces de alarma en el Palacio Municipal Juan Ramírez de Velasco. Según el último relevamiento de CB Consultora Opinión Pública, el intendente Armando Molina culmina el 2025 integrando el podio de los jefes comunales peor valorados de la Argentina, ubicándose en el puesto 22 de 24 ciudades capitales evaluadas.
Los datos, recolectados entre el 10 y el 14 de diciembre, son lapidarios para la gestión local. Molina registra una imagen positiva de apenas el 36,5%, cifra que lo deja en la zona crítica del ranking y marca un leve retroceso respecto al 36,9% que había obtenido en noviembre.
Rechazo mayoritario
El dato más preocupante para el oficialismo capitalino no es solo la baja aprobación, sino el alto nivel de desaprobación consolidada. La imagen negativa de Molina escaló al 60,1%, una barrera difícil de perforar para cualquier administración local.
Al desglosar ese rechazo, la encuesta revela un núcleo duro de descontento: el 35,4% de los vecinos califica su gestión como «muy mala», mientras que un 24,7% la considera «mala». En la vereda de enfrente, el apoyo intenso es minoritario: solo un 17,4% de los encuestados tiene una imagen «muy buena» del intendente.
El club de los peores
El ranking de diciembre expone una fractura federal en la valoración de los liderazgos locales. Mientras en la cima de la tabla el intendente de Puerto Madryn, Gustavo Sastre, ostenta un 60,2% de aprobación, seguido por el formoseño Jorge Jofré (59,7%); la realidad en La Rioja es diametralmente opuesta.
Molina quedó atrapado en el tridente del fondo junto a Julio Alak (La Plata), quien ocupa el puesto 23 con un 36,4%, y Walter Cortés (Bariloche), que cierra la lista en el último lugar con un 35,1%.
La caída de Molina se da en un mes de movimientos mixtos para los intendentes del interior. Mientras figuras como Walter Vuoto (Ushuaia) lograron oxigenar su gestión con una suba de 3,2 puntos, el riojano no logra revertir la tendencia negativa y cierra el año con un déficit de confianza que condiciona su gobernabilidad de cara al 2026.
