A pesar de que cada vez contamos con más medios para la predicción del tiempo, nadie está exento de verse sorprendido por una tormenta eléctrica. En el mundo se producen a diario unas 44.000 tormentas y el rayo es la expresión más peligrosa de este fenómeno. Es verdad que no es frecuente que impacte sobre personas, pero cuando ocurre suele ser mortal.
Para ponernos en antecedentes, estas son algunas cifras que hablan de la magnitud y el riesgo de los rayos:
–El 30% de los alcanzados por un rayo muere.
–El 74% de los supervivientes queda con discapacidades permanentes.
–Aunque pensemos que la tormenta está lejos. Los rayos pueden impactar a más de 20 kilómetros de distancia del, digamos, epicentro de la tormenta.
Según el informe “Variables meteorológicas y salud“, estas son algunas de las precauciones que debemos tomar cuando nos veamos en mitad de una tormenta, ya sea en casa o al aire libre. Para empezar, debemos estar atentos a los indicios: si el cielo se oscurece, si aumenta el viento y huele a humedad es probable que se produzca una tormenta de forma inminente.
Si nos pilla en el campo:
–No se debe correr, y menos con ropa mojada.
–Deshacerse de todo material metálico (bastones, palas, azadones, rastrillos, palos de golf, paragüas, herramientas, vallas metálicas) y alejarlos a más de 30 metros de distancia. Los rayos aprovechan su buena conducción.
–No refugiarse bajo un árbol o «elemento prominente solitario», como una roca grande o una cueva.
–Alejarse de torres de electricidad o repetidores.
–Apagar teléfonos móviles, cuyas radiaciones electromagnéticas pueden atraer los rayos.
–Alejarse de terrenos abiertos y despejados, como praderas, cultivos y campos de golf. En estas zonas una persona sobresale bastante del terreno y puede convertirse en un pararrayos.
–Aislarse del suelo y del contacto con charcos o zonas mojadas. Salir inmediatamente y alejarse de ríos, piscinas, lagos, el mar y otras masas de agua. Cerrar también las sombrillas.
Si nos pilla en casa:
–No asomarse al balcón o ventanas abiertas para observar la tormenta.
–Cerrar puertas y ventanas para evitar corrientes de aire, pues éstas atraen los rayos.
–Alejarse de la chimenea y no hacer fuego en ella o apagarlo si está encendido. De las chimeneas asciende aire caliente cargado de iones, lo que aumenta la conductividad del aire abriendo un camino para las descargas eléctricas actuando como un pararrayos.
–En caso de hallarnos en un piso o vivienda, hay que desconectar los electrodomésticos, los aparatos eléctricos y las tomas de antena de televisión, ya que el rayo puede entrar por las conducciones de electricidad y TV causando daños o la destrucción de estos objetos.
–Hay que postponer los baños, las duchas y el lavado de la vajilla o usar agua corriente para cualquier otro propósito hasta que la tormenta haya pasado porque a través del agua existe también riesgo de electrocución.
Una madre captó en el 2017, el dramático momento en que un rayo cae justo sobre el paraguas que sostenía su hijo, mientras este jugaba bajo la lluvia en el patio trasero de la casa, en Posadas, Misiones.
¿Dónde estaremos seguros?
–La posición de seguridad más recomendada es de cuclillas, lo más agachado posible, con las manos en las rodillas, tocando el suelo sólo con el calzado.
–Si notamos cosquilleo en el cuerpo, se nos eriza el cabello, o vemos brillar y echar chispas un objeto de metal hay que adoptar la posición de seguridad (es decir, ponerse de cuclillas) de inmediato porque la descarga de un rayo es inminente.
–Si se va en grupo es aconsejable dispersarse unos metros y adoptar la posición y demás precauciones de seguridad.
–El mejor sitio para refugiarse a la intemperie durante una tormenta es un vehículo cerrado. Dentro debemos apagar el motor, bajar la antena de la radio y desconectarla, cerrar las ventanillas y las entradas de aire. En caso de caída de un rayo el vehículo se cargará sólo por el exterior mientras que el interior quedará intacto, fenómeno conocido como «Jaula de Faraday».
–En casa, una buena manera de aislarse es sentarse en una silla que no sea de metal apoyando los pies en la mesa u otra silla que tampoco sean metálicas. Lo mejor es tumbarse en una cama o litera, más aún si son de madera.
Primeros auxilios en caso de rayo:
Antes de nada, conviene olvidar varias leyenda urbanas. Primero, es mentira que un rayo no caiga nunca dos veces en el mismo lugar. Y segundo, no es verdad que la descarga eléctrica permanezca en la persona afectada. Un herido por un rayo puede y debe ser atendido de inmediato. No hay riesgo.
–Si la persona está inconsciente, comprobar si hay pulso y respiración.
–Si tiene pulso pero no respiración, empezar la respiración boca a boca.
–Si no tiene pulso, comenzar las maniobras de resucitación cardiopulmonar.
–Las personas que sufren parada cardiorrespiratoria por un rayo tienen mayor probabilidad de salir de la misma que la que se debe a otras causas, por lo que es de la máxima importancia comenzar la reanimación cuanto antes.
–Comprobar si hay otras lesiones, tales como fracturas. En caso de sospecha de fractura vertebral evitar todo movimiento.
–Las quemaduras deben buscarse especialmente en dedos de manos y pies y en zonas próximas a hebillas, joyas, medallas, etc. Lo habitual es que haya dos áreas que presenten quemadura, correspondientes a las de entrada y salida de la corriente eléctrica.
–Mantener caliente a la víctima hasta la llegada de los equipos de urgencia.
–Si una persona alcanzada por un rayo se muestra tan solo aturdida y no parece presentar heridas de importancia, aun así debe recibir asistencia médica para valorar el impacto real del rayo sobre su organismo.