El tercer caso sanjuanino de coronavirus volvió a dar positivo cuando se le realizó un test en el Estadio del Bicentenario en la provincia de San Juan.
El paciente es transportista y venía de trabajar en Santa Fe. Su caso es rarísimo y es uno de los enigmas que la ciencia aún no puede resolver. Las investigaciones no logran determinar si los pacientes que tuvieron coronavirus logran inmunidad ante el virus y sobre esto están trabajando fuertemente profesionales de la salud de todo el mundo.
En Villa Allende, Córdoba, se dio un caso recientemente. Se trató de una mujer que tuvo coronavirus, luego se curó y a los meses volvió a dar positivo. No se sabe si se curó del todo o se contagió otra vez. En la Voz del Interior publicaron que el caso se dio en un geriátrico y que lo que llamó la atención es que ninguno de los compañeros de la mujer se contagió luego de que la paciente diera el segundo positivo.
La secretaria de Prevención y Acceso a la salud de Córdoba, Gabriela Barbás, afirmó al medio cordobés que se trata de un caso atípico pero que creían que la paciente estaba excretando restos de ARN pero sin carga viral suficiente para producir contagios, aunque de igual modo dijo que se trata de una hipótesis ya que no tienen una explicación.
La infectóloga y especialista de la OMS, Andrew Marr, dijo en la BBC al consultada sobre si un paciente recuperado de COVID-19 puede volver a contraer el enfermedad que aún hay muchas preguntas sin responder.
“Lo que sabemos hasta ahora es que cuando una persona se contagia de covid-19 desarrolla anticuerpos y despliega parte de una respuesta inmune entre una y tres semanas después de la infección“, detalló. “Y lo que estamos tratando de entender ahora es esa respuesta del sistema inmune: ¿quiere decir que tiene inmunidad? ¿Quiere decir que tiene una protección más fuerte contra una reinfección?”, concluyó.
Los científicos ahora están mirando la sangre de las personas que se han recuperado de COVID-19 para mapear las defensas que el sistema inmunológico puso cuando el virus atacó. En las últimas semanas, describieron el tipo de anticuerpos producidos, descubriendo que pueden tener efectos poderosos contra una de las proteínas clave del virus, y que casi todos los pacientes que tenían la enfermedad, incluso aquellos que tenían infecciones leves, generaban anticuerpos. Esos son signos positivos, dado que se espera que un tipo de anticuerpo, llamado anticuerpo neutralizante, en cantidades suficientes, ofrezca cierta cantidad de protección durante al menos una cierta cantidad de tiempo. Los científicos también han informado sobre la concentración de células inmunes, que puede estar involucrado en reconocer un virus y detenerlo.
La idea es que las defensas que el cuerpo montó para vencer al virus la primera vez proporcionan pistas sobre lo que se requiere para defenderse de un segundo ataque. Para confirmar que las personas que se recuperan de COVID-19 están protegidas y determinar cuánto dura eso, los científicos tienen que rastrear a las personas y ver qué les sucede si vuelven a encontrarse con el virus. Esa investigación a menudo se centra en los trabajadores de la salud que tienen más probabilidades de estar expuestos repetidamente, ya que los investigadores no pueden exponer éticamente a las personas al virus nuevamente intencionalmente.
Con COVID-19, se espera que la inmunidad, ya sea por una infección o una vacuna, disminuya en unos pocos años. Eso es lo que sucede con los cuatro coronavirus humanos que causan resfriados. Si ese patrón se extiende a este virus, las personas gradualmente se volverán más susceptibles al virus después de cierto tiempo (aunque es menos probable que tengan un caso grave). El seguimiento de los niveles de los diferentes correlatos podría proporcionar pistas sobre cuánto dura la inmunidad y cuándo una persona vuelve a ser vulnerable. También podría indicar cuándo las personas podrían necesitar otra dosis de la vacuna.
Fuentes: Infobae, BBC y La Voz del Interior