La pregunta se empezó a repetir cada vez con más frecuencia en las entrevistas que brindan los funcionarios de La Rioja en los últimos días. ¿La provincia debe endurecer la cuarentena ante el marcado ascenso de casos de COVID-19 en los últimos días?
En medio de opiniones y rumores, Ricardo Quintela dijo una frase ayer, en declaraciones a FM Chamical, que fue noticia. “Hay que controlar, porque si esto se nos escapa, vamos a tener que tomar medidas que no queremos tomar”, manifestó.
A renglón seguido, aunque no dio mayores detalles, insistió: “Si no somos socialmente responsables cada uno de los ciudadanos, va a haber que tomar medidas, porque lo que no podemos permitir es que no tengamos la capacidad de resguardar la salud y la vida de nuestra gente”.
Naturalmente, la adopción de alguna medida no implica necesariamente el retorno a la fase 1. En efecto, el secretario de Gobierno, Armando Molina, lo descartó. “Volver a fase 1 y cerrar todas las actividades no está en la planificación del gobierno, porque no está en el ánimo de la sociedad dar sustentabilidad a una fase 1”, observó hace unos días en diálogo con Medios Rioja.
En otras entrevistas con Medios Provincia y Radio El Tala, Molina ratificó esa mirada, y habló de la necesidad de involucrar a distintos sectores de la sociedad en las decisiones.
No obstante, el ministro Juan Luna Corzo no le cerró las puertas a una cuarentena estricta en caso de que se desborde el sistema hospitalario. Consideró que si se ocupan el 60% de las camas, La Rioja debería “volver a poner en consideración la necesidad de volver a fase 1 ó 2”.