Mariano Macri, el hermano menor del ex presidente, apareció en la esfera pública por primera vez en su vida con un impactante libro escrito por Santiago O’Donnell en el que revela cuestiones íntimas de la familia y en el que asegura que Mauricio “es el mayor hijo de puta que jamás haya conocido en mi existencia”.

Respecto de la presidencia de su hermano, dijo que “como presidente, Mauricio siguió haciendo negocios y dejó huellas por todos lados”. En ese sentido señaló que “en el caso de los parques eólicos, Gianfranco (el otro de los hermanos varones) hizo de testaferro de Mauricio”.

“De un hermano presidente yo hubiera esperado que suprimiera los servicios de inteligencia…él quiso doblegar y habrá operado en la justicia… Por algo puso a un amigo de la calaña del Negro (Arribas), que por más afecto que le tenga es un tipo bien turbio: para continuar con las escuchas, los seguimientos, las carpetas”, dijo Mariano.

“Cuando estos tipos pasan por la máxima expresión de poder y de responsabilidad y tienen la oportunidad de hacer un bien, sacan lo peor de sí mismos y terminan haciéndoles un mal a todos. Lo más probable es que necesite un poco de encierro en la cárcel para darse cuenta”, disparó.

La parte más jugosa del libro son las anécdotas intrafamiliares. “Yo lo veía a Mauricio como un promotor del bullying, esa forma de desgaste, de pinchar al otro, de provocarlo, de estresarlo, de llevarlo al límite, que después también yo sufrí en muchas instancias”, indicó Mariano. 

“A Gianfranco le gustaban mucho las películas de terror y siempre me obligaba a verlas: el guacho se dedicaba a asustarme (…) Era medio incontrolable. Mamá lo ataba a los radiadores. Ella y el viejo lo surtían mucho“, dijo en referencia al segundo de los hijos de Franco Macri, un aliado clave de Mauricio en su histórica pelea con el padre de la familia. Mariano contó además que no lo invitaron al casamiento de la hija de Gianfranco porque se opuso a la propuesta de éste de usar agentes de seguridad para prohibirle la entrada al edificio de Socma a Franco.

Respecto de su difunta hermana Sandra, Mariano la definió como “una loca linda”. “En una sociedad donde la gordura era condenada ella llevaba el estigma muy marcado de que era gorda. De chiquita era preciosa. Pero mamá ha sido muy maltratadora de mi hermana. Le decía que no quería llevarla con ella a ningún lado porque le daba vergüenza que fuera gorda”, reveló.

Sandra y Mauricio se pelearon luego de que se revelara que el entonces jefe de gobierno escuchaba a su esposo, Néstor Leonardo, un parapsicólogo. Franco Macri se hizo cargo de la orden para realizar esas escuchas para descubrir una faceta de la sexualidad de Leonardo y provocar el divorcio de su hija. Lo que no pudo evitar Franco fue el enfrentamiento entre hermanos, que eran vecinos en la quinta familiar de Los Abrojos. “Juliana puso un cerco de arbustos para que no tuvieran que verse más”, dijo Mariano en referencia a Awada, la ex primera dama.

Durante todo el libro Mariano hace referencia a la conocida guerra entre Franco y Mauricio pero aporta un dato revelador: “Mauricio usaba mucho de espía” a Nuria Quintela, la última mujer de su padre que lo acompañó hasta el día de su muerte.

En el libro se hace referencia al juicio por senilidad que intentaron los hijos de Franco para sacarle sus bienes. “Lo de la demencia fue un invento de mis hermanos”, dijo Mariano en referencia a Mauricio y Gianfranco. “Ellos venían instalando esa idea desde hacía rato. Mauricio es el jodido, el Maquiavelo. El tipo está siempre con la última tecnología del mal. Nunca prosperó, no fue un camino que siguieron, pero a papá lo destruyó, porque se quedó patinando en esa zozobra durante años. La depresión le generó una pseudodemencia senil”, indicó.

By admin