Fue condenada en San Juan, por el asesinato de Alfredo Turcumán en 2017. En 2019 contrajo matrimonio dentro del penal y a principio de 2020 su esposo solicitó el divorcio. Hoy salió la resolución.

Claudia Moya finalmente está soltera otra vez. La joven condenada a prisión por el asesinato de su esposo en 2017 y que luego contrajo matrimonio con otro reo del penal de Chimbas, obtuvo este lunes el divorcio vincular. Una juez de familia disolvió su segundo matrimonio, que duró apenas un año dentro de la cárcel.

Claudia Antonella Moya, actualmente de 27 años, cumple una condena de 15 años de prisión por homicidio. El crimen ocurrió la noche del 13 de junio de 2017 y la víctima fue su propio marido, Alfredo Turcumán, de 28 años. En ese entonces, ambos alquilaban una casa en la zona de Trinidad. Esa noche se desató una discusión entre ellos y la joven le clavo un cuchillazo en el corazón al muchacho.

Luego ella llamó al 911 y pidió ayuda asegurando que su esposo se había herido accidentalmente en el pecho mientras arreglaba la cerradura de la puerta. Turcumán fue llevado moribundo al Hospital Rawson. Allí estuvo internado nueve días hasta que falleció el 22 de junio de ese año.

La coartada del accidente nunca encajó, de modo que Moya quedó detenida e imputada del delito de homicidio agravado por el vínculo. En agosto de 2018 fue sometida a juicio en la Sala III de la Cámara en lo Penal y Correccional de la vecina provincia. Al momento de declarar, la joven aseguró que Turcumán la atacó y, en su afán por defenderse y proteger al bebé que llevaba en su vientre, tomó ese cuchillo con el que lo hirió mortalmente.

Otros tiempos. Claudi Moya con su primer esposo, al que asesinó.

Los testimonios y denuncias cruzadas confirmaron que la pareja tenía antecedentes de agresiones mutuas y que ella ya había herido antes al muchacho. El tribunal entendió que se dio una circunstancia extraordinaria de atenuación –por la violenta y conflictiva relación de la pareja- y condenó a la joven a 15 años de prisión. La sentencia fue apelada por la defensa, pero en agosto de 2019 la Corte de Justicia de San Juan confirmó el fallo de primera instancia.

En esos primeros años de estadía en la cárcel, Moya conoció y se puso de novia con Cristián Ramírez, otro preso. El hombre es uno de los 34 condenados por la mega causa por droga que, en julio de 2018, culminó con el secuestro de 103,464 kg de marihuana, 2,220 kg de cocaína, 711 gramos de anfetaminas, 72.961 pesos, 58 celulares, 8 autos, 3 motos, soportes informáticos y hasta una gorra y un chaleco de la Policía de San Juan.

Moya se unió en matrimonio con Ramírez el 29 de enero de 2019, pero la felicidad no fue duradera. Él salió en libertad y se terminó el amor a poco más de un año. El 4 de febrero de 2020, el ex convicto, a través de la abogada Natalia Saldivar, solicitó el divorcio vincular en el Primer Juzgado de Familia. Moya tampoco quería seguir con ese matrimonio, entonces aceptó iniciar el trámite con el patrocinio de la abogada Sandra Leveque.

El proceso tomó su tiempo, pero no fue muy complicado. Es que no tenían hijos en común ni bienes gananciales en disputa. Este lunes se conoció el fallo de la jueza Marianela López, quien dio por disuelto el matrimonio entre Moya y Ramírez. Lo que se sabe es que la joven está de novia con otro preso y ahora está libre para poder recibirlo como visita y quizás contraer de nuevo matrimonio.

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