*Por el Equipo de Investigación de EL FEDERAL
Una investigación de EL FEDERAL detectó que a fines de 2019 había unos 30 millones de dólares depositados en una cuenta corriente del gobierno de La Rioja identificada en los balances oficiales como “ley 9.835”, que es la que autorizó la colocación de los bonos verdes por 300 millones de dólares durante la gestión de Sergio Casas. Es la misma cantidad de dinero que supuestamente no se iba a destinar a la ampliación del Parque Eólico de Arauco, sino para otros proyectos. Algunos movimientos en esas cuentas son llamativos.
El objetivo de esta investigación fue detectar rastros en los balances oficiales vinculados al bono verde. Se suponía que los ingresos iban a ser utilizado para ampliar el Parque Eólico de Arauco, pero la empresa que lo gestiona tiene hoy un pasivo de más de 600 millones de dólares e hizo la mitad de las obras proyectadas.
Las cuentas
Los balances oficiales que el gobierno de La Rioja publica desde 2017 –que representan un enorme avance en materia de transparencia fiscal– incluyen el detalle de las cuentas bancarias de la provincia. Entre ellas, en los estados contables de 2019 (los últimos publicados) se mencionan dos cuentas corrientes a nombre del Gobierno de la Provincia que se identifican expresamente con la inscripción “ley 9.835”, que es la norma aprobada por la Legislatura en junio de 2016 para autorizar la colocación de deuda.
Una de ellas es la cuenta corriente en pesos 10-100.723/1, que al 31 de diciembre de 2019 no tenía fondos. La llamaremos para este artículo “cuenta A”. La otra es la cuenta corriente en dólares Nº 10-100048/2, que a esa fecha tenía el equivalente a 1.800.761.826,30 pesos. La denominaremos “cuenta B”. Al final de este artículo se publican los balances oficiales completos para que la información pueda ser corroborada.
Si bien el dinero en la cuenta B estaba depositado en dólares, los estados contables se realizan en pesos. El siguiente paso, entonces, fue realizar la conversión de pesos a dólares. Si se toma el tipo de cambio de referencia del Banco Central al 31 de diciembre de 2019, que era de 59,895, la provincia tenía a esa altura poco más de 30 millones de dólares en la cuenta B, es decir, un 10% de la deuda contraída vía bonos verdes, sin los intereses. Para ser exactos, 30.216.659,55 dólares.
Movimientos curiosos
Hay una cuestión que llama la atención. Las dos cuentas corrientes experimentaron grandes cambios en sus balances entre 2019 y 2017, año de las dos colocaciones de bonos por 200 y 100 millones de dólares. En efecto, la cuenta A, que en 2019 no tenía fondos, un año antes tenía depositados más de 10 millones de pesos, mientras que en la cuenta corriente B, en 2018, había apenas 46 millones de pesos, unos 1,2 millones de dólares, muy lejos de los 30 millones de dólares que había al año siguiente. ¿Dónde estuvo el dinero? ¿Se invirtió? ¿El origen de ese dinero no son los bonos verdes? ¿Es dinero que el Parque Eólico recibió para la venta de energía y se iba a usar para pagar a los acreedores?
Según los estados contables de 2018, cuando comenzó ese año en la cuenta B había más de 2.500 millones de pesos, pero esa cuenta directamente no figura en los balances del año anterior, cuando se emitieron los bonos. Lo que sí hay es una cuenta corriente con ese mismo monto, identificada como “Cta. Ctes. Operativas No CUT Banco Rioja” (NdR: CUT es el sistema bancario que usan los gobiernos para manejar múltiples cuentas).
De aquí se desprende que la provincia cerró el año de colocación de los bonos con 2.500 millones pesos en sus cuentas, además de otros casi 157 millones de pesos en la cuenta A. Todo ese dinero junto equivalía, en diciembre de 2017, a unos 142 millones de dólares, menos de la mitad del dinero que ingresó a las arcas públicas por el bono verde.
Sobre ese esos 142 millones de dólares que había en diciembre de 2017, 100 millones de dólares correspondería a la última colocación de bonos, que fue a finales de ese año. Eso podría indicar que de los 200 millones de dólares de la primera colocación, por lo menos 158 millones de dólares se transfirieron en muy pocos meses hacia otras cuentas, posiblemente de alguna de las sapem del Parque Eólico.
En cuanto a lo que ocurrió durante el 2018, el ex ministro de Hacienda, Ricardo Guerra, dijo que cuando abandonó el gobierno, en junio de ese año, “quedaban 72 millones de dólares en una cuenta especial y más de 1.500 millones de pesos en la cuenta del tesoro federal”. Como reveló EL FEDERAL, La Rioja comenzó el 2018 con 4 mil millones de pesos en sus cuentas bancarias y terminó el año con la mitad, a pesar del 47,6% de inflación. Buena parte de esa diferencia corresponde al dinero de los bonos verdes. Entre las cuentas A y B había 2.500 millones de pesos a principios de 2018 y menos de 60 millones de pesos cuando finalizó el año.
Todo indica que el resto del dinero se habría girado al Parque Eólico, pero aquí hay que hacer una aclaración que no arroja luz, sino que suma confusión. La cuenta A habría tenido, según el balance de 2017, movimientos en 2016, es decir, antes de la colocación, y habría finalizado ese año con más de 278 millones de pesos depositados. El dato no se puede corroborar con los estados contables de 2016, porque el gobierno provincial no los publicaba.
Esto prueba que a pesar de la publicación de los datos, todavía es muy difícil rastrear qué pasó efectivamente y a qué se deben esos enormes movimientos de dinero en las cuentas por las que podría haber pasado al menos una parte del dinero de los bonos verdes.
El informe de S&P
La Rioja colocó los bonos verdes en dos tramos de 200 y 100 millones de dólares, respectivamente. Según un documento de la calificadora de riesgo crediticio estadounidense Standard & Poor’s, que estuvo a cargo de la evaluación de sustentabilidad de la primera emisión, de los 200 millones de dólares, el gobierno provincial había informado que destinaría 170 millones de dólares al desarrollo del Parque Eólico, pero no especificó para qué se usarían los 30 millones restantes, aunque alegó que eran para proyectos positivos para el medio ambiente.
“Los US$170 millones correspondientes a la expansión de Parque Arauco ya se asignaron a un fideicomiso que desembolsará los fondos conforme avancen las obras”, indicó en su momento la calificadora. Los 30 millones de dólares restantes coinciden con los que había en la cuenta B cuando Sergio Casas entregó el poder.
De acuerdo a una versión que circuló en su momento, pero que nunca fue aclarada, ese dinero se iba a usar para construir el nuevo centro cívico, obras que -según trascendió en algunos medios- fue adjudicada a la sapem Ledlar (creada para construir lámparas de luces led), información corroborada a EL FEDERAL por trabajadores de la empresa, que a su vez habría subcontratado a un estudio de arquitectura vinculado a Guillermo Casas, hijo del ex gobernador, de acuerdo a una denuncia que realizó en mayo del año pasado la Unión OBrera de la Construcción (UOCRA) por falta de pago a los empleados.
El resto del dinero, unos 270 millones de dólares en total, se deberían haber girado desde el fideicomiso que administraba los fondos del bono verde hacia alguna de las empresas que operan en el Parque Eólico de Arauco. Pero según el documento de S&P, ese dinero sólo se podría haber transferido a medida que se acreditaban los avances en las obras y la mayoría de ellas no se realizaron. Entonces, ¿por qué se transfirió el dinero?
¿Compraron bonos?
Hay un rumor extendido entre funcionarios y periodistas de que la provincia pesificó al menos una parte del dinero de los bonos verdes y compró deuda argentina. La versión que circuló es que el Ejecutivo de Sergio Casas adquirió Leliqs por consejo del ex gobernador Luis Beder Herrera.
En la “Nota 4” a los estados contables de 2019 que detalla las inversiones a largo plazo de la provincia menciona entre los títulos y valores más de 760 millones de pesos en Leliqs, además de otros casi 3 millones de pesos en Letes. Son, en total, 763 millones de pesos, que equivalían en ese entonces a unos 12 millones de dólares. Esa cifra fue notificada, según el balance, por la Firma Puente, que es la misma que intervino en la colocación de los bonos verdes junto a la Unión de Bancos Suizos.
Una curiosidad extra. Los balances de los años anteriores precisan que La Rioja tenía 400 millones de pesos en títulos y valores en 2017, y 600 millones de pesos en 2017 y 2018, siempre con cifras exactas, sin decimales, algo completamente improbable para operaciones financieras. Y la pregunta que es abre es si los números fueron “dibujados”.
ESTADOS CONTABLES DE 2019:
SEGUÍ LEYENDO:
La historia maldita de los bonos verdes: ¿la mayor estafa de la historia de La Rioja?