Por Angel Flores

En lo particular, recibo todos los días varios mensajes por la red social WhatsApp de todo tipo. Reclamos, quejas por deficiencias en la basura, calles, agua, salud, educación, denuncias por violencia, y muchos motivos que indignan a los riojanos.

Uno de los últimos me llamó la atención porque es uno de los más repetidos:

El derecho humano a una vivienda digna es el derecho de todo hombre, mujer, joven y niño a tener un hogar seguro en el que puedan vivir en paz y dignidad, gozando de un espacio, seguridad, iluminación y ventilación, una infraestructura básica y una situación adecuada en relación con el trabajo y los servicios mínimos, todo ello a un costo razonable.

Y para tal caso, el estado debe ser la plataforma obligatoria de garantizar una vivienda digna para quienes no pueden acceder a créditos privados en bancos o instituciones inmobiliarias.

La democracia argentina en cada elección, toma el tema como una promesa de campaña una y otra vez, como estandarte único de campaña por todos los candidatos, y La Rioja no es la excepción.

En la provincia existe un déficit habitacional de 20.000 viviendas, según declaraciones del actual ministro de Vivienda, Ariel Puy Soria. En ese contexto, datos oficiales hablan de un padrón de 13 mil familias inscriptas esperando una vivienda y otras 7 u 8 mil más que ni siquiera están inscriptas pero están en emergencia habitacional, según sus propias declaraciones.

¿Pero quiénes son los primeros en obtener una vivienda?

Cada gobierno provincial se caracterizó en “acomodar” a familiares, amigos y militantes en cargos políticos y por supuesto pasan a ser los privilegiados en obtener una vivienda del estado, en algunos casos, en tiempo récord.

No se prioriza la antigüedad de inscripción, esto todos los saben en el momento que se enteran quienes son los beneficiarios al momento de la entrega de la vivienda.

El nepotismo es la preferencia que tienen algunos funcionarios públicos para dar empleos y otros beneficios a algunos familiares o amigos, sin importar el mérito para ocupar el cargo, sino su lealtad o alianza, según Wikipedia. Y La Rioja, como en todos los gobiernos de un mismo partido que se eternizan en el tiempo, lo ejercen como algo natural, sin que nadie pueda hacer algo o nada.

Solo queda “bajar la cabeza y seguir”, hasta que la sociedad despierte por tener un gobierno principalmente honesto, ordenado, y tener la garantía de obtener una vivienda digna, sin esperar 14 años, viendo como “el hijo de” ya se mudó.