*Por el Equipo de Investigación de EL FEDERAL ONLINE

David Orlando López, la persona que ayer se presentó en la conferencia de prensa organizada por el Municipio como “socio gerente” de Estacionalo SRL y dijo que la inversión en el sistema de estacionamiento medido será de entre 15 y 17 millones de pesos a través de fondos propios y créditos, no registra impuestos activos en AFIP. También brindó información que no concuerda con los registros oficiales del Banco Central, lo que abre un nuevo interrogante: ¿de dónde salió el dinero?

La contratación de Estacionalo SRL para que se haga cargo de la concesión del estacionamiento tarifado en la capital riojana sigue sumando dudas y hasta ahora el Municipio prácticamente no pudo responder a ninguna de las inconsistencias que detectaron las investigaciones de EL FEDERAL ONLINE.

El lunes se abrieron los sobres con las únicas dos propuestas que se presentaron y dos días más tarde la decisión estaba cocinada: Estacionalo SRL se había impuesto en la puja. ¿En qué momento se probó la aplicación? ¿Cómo se sabe que funcionará sin problemas? ¿Cuándo se calculó la estructura de costos para definir que la tarifa más cara del país, de $90 por hora, se pague en La Rioja? Ayer, en radio La Red, el subsecretario de Transporte, Claus Bengolea, dijo que el Municipio no sabe cuánto recaudará por día. Entonces, ¿sobre qué base se calculó esa estructura de costos?

Para intentar mostrar un dejo de transparencia, el Municipio organizó ayer una conferencia de prensa en la que entre los funcionarios apareció una persona llamada David Orlando López, que se presentó como “socio gerente” de la empresa. Su nombre, sin embargo, no figura en el contrato social de la compañía creada hace poco más de dos meses, publicado en el Boletín Oficial del pasado 20 de mayo. Allí sólo aparecen dos socios, Facundo Alberto Celarayán, quien fue designado como gerente, y la pareja de López, Lorena Claudia Melchiori, nombrada gerente suplente. Aportaron 500 mil pesos entre los dos.

Según los registros de la AFIP, Celarayán se inscribió el mes pasado como autónomo, mientras que Melchiori están anotada desde septiembre de 2021 en la categoría B del monotributo, es decir, con ingresos anuales de menos de 1,2 millones de pesos. ¿Ellos realizaron la inversión millonaria?

EL FEDERAL ONLINE consultó en la conferencia de prensa de cuánto fue la inversión de la empresa, pues se quedará con el 70% de la millonaria recaudación que saldrá del bolsillo de los vecinos. López dijo que será de entre 15 y 17 millones de pesos. Cuando este medio quiso saber por el origen del dinero, dado que ninguno de los socios parecería tener perfil empresarial, el sujeto contestó que son “fondos propios” y, ante la repregunta, cambió de versión.

Dijo: “Nosotros acudimos a distintas herramientas de financiamiento, gracias también a fondos nacionales para la industria del conocimiento. En el equipo, que no es sólo Lorena y Facundo, también está Leandro, que es un gran programador, somos muchas personas, que hemos hecho un esfuerzo importante, tanto para constituir la empresa como para lograr financiamiento a través de créditos bancarios“.

“¿No son fondos propios, como dijo antes?”, se le preguntó. “Sí, tenemos fondos propios. Contamos también con capital de trabajo en términos de herramientas. Nosotros tenemos la consultora, equipo e infraestructura para sostener el sistema”.

Mintió.

Lo que hizo el equipo de EL FEDERAL ONLINE para chequear los dichos de López fue corroborar su historial crediticio, el de los dos socios y el de la empresa, de acuerdo a los registros oficiales del Banco Central, dado que ninguno tiene el perfil financiero necesario como para conseguir un crédito millonario. Y la respuesta fue negativa. Ninguno habría tomado un crédito millonario.

La empresa no registra créditos en el Banco Central. Tampoco Melchiori, que sólo registra una deuda de 7 mil pesos por una compra a través de Mercado Libre. Ni siquiera usa tarjeta de crédito. La deuda de Celarayán es de apenas 40 mil pesos con el Banco Rioja. Y López tiene una deuda de 758 mil pesos entre lo que debe por la tarjeta Cencosud y los bancos Hipotecario y BBVA. ¿Quién tomó esos “créditos bancarios” a los que hizo alusión López?

De aquí se desprenden algunas preguntas. ¿Inflaron la inversión para justificar la ganancia multimillonaria que tendrá la empresa todos los meses? ¿O el dinero viene de otro lado? ¿Nada de esto fue tenido en cuenta por el municipio a la hora de evaluar las propuestas?

Tampoco queda la clara la experiencia de 20 años que dijo tener López en el rubro. En su perfil de PlayStore, a nombre de Wiracocha Estudio, sólo figura que hizo otras tres aplicaciones, además de Estacionalo, que es una versión beta y que, según Google, “no hay información disponible” sobre la seguridad de los datos. ¿El contrato dice algo sobre este tema? ¿Qué harán con la base de datos? ¿Quién garantiza que no sea usada con fines proselitistas o de espionaje?

Hay más dudas que todavía no terminan de zanjarse. La principal es si acaso es legal ordenar el pago de un impuesto (el estacionamiento tarifado) para que la mayor parte de la recaudación no sea para el Estado municipal, sino para una empresa privada, que se quedará con el 70% del canon. ¿Quién se beneficiará más, los vecinos o los “empresarios”?

Pero también hay dudas sobre el sistema de contratación, porque el Municipio informó que en el acuerdo con Estacionalo se modificó la propuesta, por lo que debería haberle dado la posibilidad a la otra empresa que ofertó que mejorar el convenio celebrado. ¿Fue legal esa forma de manejarse?

Por último, tampoco está muy claro por qué hay que cobrar estacionamiento para ordenar el tránsito. Lo único que se necesitan son normas claras y agentes de control. No es necesario pagar, sino controlar y hacer multas a los infractores. Basta con que haya buena voluntad.

SEGUÍ LEYENDO:

Estacionamiento medido: los que vayan a trabajar en auto al centro 5 horas por día deberán pagar unos $10 mil mensuales

Dudas sobre la empresa que controlará el estacionamiento medido: la crearon hace 48 días un militante bosettista y una mujer sin perfil empresario