El aumento de precios continúa generando gran preocupación y, en el último mes, la cebolla pegó un fuerte salto: pasó de costar en una verdulería cerca de $160 en julio a más de $300 en agosto, llegando a venderse en supermercados a $350 o más, detalla el sitio Memo.
La justificación por parte del sector refiere a la falta de producción local, por lo que hay que traer cebollas de otras provincias, como Buenos Aires. A pesar de la explicación, el precio no guarda relación con otros productos.
Lo novedoso, sin embargo, no es el incremento en sí sino que los “productores” de empanadas deben gastar casi el mismo dinero en cebolla que en carne molida.
Tras un recorrido por negocios, un kilo de carne molida común cuesta entre $710 y $900 (la especial está por encima de $1000). Mientras que la cebolla oscila entre $320 y $360.
Por lo general, en el picadillo de las empanadas se utilizan dos kilos de cebolla por cada kilo de carne molida. Entonces, el dinero destinado a comprar la carne es prácticamente el mismo que el utilizado para comprar las cebollas.
El “aumentazo” de la cebolla repercutió directamente en las rotiserías. De hecho algunas también incrementaron el valor de otras variedades de empanadas.
“No sólo nos subió la cebolla, también aumentó el roquefort, todo en general”, plantearon varios comerciantes.