Una familia de cuatro integrantes puede gastar $10.500 solo para almorzar en siete días. Con la cena, entonces, el presupuesto semanal se duplica y llega a $21 mil. Para un mes el monto se eleva a $84 mil para las dos comidas principales, sin contar el desayuno ni merienda.
Con estos valores, mantener las dos comidas básicas supera lo que marca la canasta que informó el Indec para septiembre para cuatro personas, que se ubicó en $56.732. Según explica el organismo estadístico, la canasta básica alimentaria se calcula “tomando en cuenta los requerimientos normativos kilocalóricos y proteicos imprescindibles para que un varón adulto de entre 30 y 60 años, de actividad moderada, cubra durante un mes esas necesidades”.
El Tribuno de Salta elaboró propuestas para una semana y se tomaron precios de comidas tradicionales con ingredientes básicos para una familia de dos adultos y dos niños.
Los alimentos se encarecen más que la inflación oficial. Esta realidad pega más fuerte en los lugares donde solo hay fondos para alimentarse. En el merendero comedor de Cerillos, “Pequeña Dina”, por ejemplo, se pasó a dar almuerzos de tres días a la semana, a dos. “Es que no tenemos quién nos ayude periódicamente con carne o verdura, contamos con productos secos, leche, arroz, fideos, sémola”, explicó María Fuenteseca, una de las encargadas del merendero.
En el comedor son más frecuentes las meriendas porque la carne de vaca o de pollo son un lujo. “Muchas veces se hace guiso o esas cosas que rinden, pero son sin carne ni pollo. Antes comprábamos, pero ni con molida llegamos a cocinar porque tenemos que tener 4 kilos de carne molida, y para poder hacerlo estiramos con triguillo o con soja texturizada”, precisó María sobre la “magia” para cocinar para quienes no tienen un plato de comida. Solo una carnicería les colabora semanalmente con hígado o mondongo, «con la ayuda de dos semanas cocinamos un almuerzo», explicó.
“Pequeña Dina” comenzó dando meriendas a 100 niños y por la demanda pasó a ser también comedor y hoy atiende a 250 personas.
No solo la carne es algo que se les volvió un lujo, sino también las verduras, por lo que se ciñen a solo tres hortalizas básicas: zanahorias, cebollas y pimiento. “Para un almuerzo tenemos como mucho $1.500 y lo gastamos en verduras”, señaló Fuenteseca que destacó que si consiguen hacerse de las verduras, el problema es el aceite que «está por las nubes». Los bocaditos de verduras que se hacían con donaciones del Cofruthos dejaron de cocinarse, «cuesta conseguir el aceite o está carísimo», advirtió la mujer.
Por Silvia Noviasky para El Tribuno de Salta