Una de las declaraciones en la quinta jornada del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa fue la de Hugo Vásquez, un perito de la policía bonaerense que declaró ante el Tribunal Oral en lo Criminal Nº1 de Dolores que, al momento de ser apresados, “los rugbiers no paraban de reírse”.

En la audiencia llevaba a cabo durante el día de hoy, el encargado del procedimiento de la Policía Científica contó que los jóvenes oriundos de Zárate “estaban muy risueños” y que tuvieron que “llamarles la atención varias veces para que no se rieran” porque estaban “trabajando en algo serio”.

Quien fuera el encargado de realizar el relevamiento de prendas de vestir en la casa de hospedaje de los imputados en Villa Gesell relató que “la directiva fue muy precisa” con respecto a secuestrar “prendas con presunto tejido hemático“, de acuerdo a las órdenes brindadas por el fiscal Walter Mércuri, quien estaba subrogando a su colega de esa ciudad balnearia, Verónica Zamboni.

Otro dato aportado por Vásquez – en respuesta al interrogatorio del abogado defensor Hugo Tomei – fue que “el fiscal no les hizo saber a los jóvenes que se podían negar a declarar” en el proceso de detención.

Por su parte, Lautaro Alejandro Cuqueijo – testigo de este procedimiento realizado por la Policía Científica – hizo su declaración antes de Hugo Vásquez y allí reveló que “el único que estaba nervioso era el grandote, el más musculoso por así decirlo, tenía bigote, si no me equivoco es Máximo Thomsen, se puso a vomitar”.