*Por el Equipo de Investigación de EL FEDERAL ONLINE
La respuesta al título de esta nota es sencilla: el día que chocaron los helicópteros en Villa Castelli no se subieron los copilotos a las naves para ahorrar costos. Sin embargo, el tema es mucho más profundo: detrás de ese dato hay un negociado que fue la piedra basal del siniestro en el que murieron 10 personas durante la filmación del reality show Dropped y del que hoy se cumplen 8 años. Desde ese momento, la invesitagación judicial que hoy está a cargo de la fiscal Virginia Miguel Carmona naufragó muy lejos de la verdad y se encamina terminar en la nada.
Antes que nada: este artículo está basado en años de investigación, más de 20 testimonios, constancias judiciales y documentos a los que este Equipo de Investigación tuvo acceso en los últimos meses. En esta nota se revelan aspectos jamás contados del accidente. Una vez más, EL FEDERAL ONLINE publica información a la que la justicia nunca llegó por falta de voluntad.
Hay dos personas que podrían haber estado aquel 9 de marzo de 2015 en Villa Castelli para decir “sin copiloto no se vuela”. La primera, el todavía director de Aeronaútica, Daniel Gorkich (foto), quien está imputado en la causa. La otra, Gabriel Palpicho, un nombre prácticamente desconocido hasta hoy. Muchos creen que debería haber viajado sí o sí, pero ni siquiera declaró en el expediente, lo que prueba lo alejada que está la investigación de la realidad.
Palpicho era el virtual Director de Operaciones. A mediados de diciembre de 2014, unos meses antes del accidente, Gorkich había desplazado del cargo a Juan Gasset por algunas supuestas irregularidades durante la filimación de publicidades. Y en una reunión le había dicho al equipo de la Dirección de Aeronaútica que el reemplazante desde ese momento sería Palpicho, más allá de que no había una designación oficial.
Como EL FEDERAL ONLINE explicó una y otra vez, había un negocio ilegal alrededor del helicóptero, avalado por el gobierno de Luis Beder Herrera. En efecto, su secretario de Gobierno, el ex intendente capitalino Alberto Paredes Urquiza, fue quien firmó la cesión del helicóptero a la productora francesa ALP, una maniobra completamente ilícita, pues la nave tenía patente pública y no podía ser usada con fines privados. El documento con la firma de Paredes Urquiza fue revelado hace unos años por una investigación de este equipo.
El helicóptero se había usado, por ejemplo, para trasladar a dos millonarios estadounidenses a un coto de caza en Salta. Se había utilizado, también, para filmar una publicidad de Chandon en Mendoza y para grabar un spot de Red Bull en el Campo de Piedra Pomez, en Catamarca. Ese último caso se conoció porque en su momento trascendió que los protagonistas de ese video eran amigos de un hijo de Beder Herrera, algo que no era cierto: eran profesionales usando un helicóptero sanitario para hacer negocios privados.
Entre las publicidades que se filmaron con el helicóptero de La Rioja hay una particularmente importante, porque hubo un incidente que podría haber cambiado la historia de lo que ocurrió en Villa Castelli. Se trata de un video para la automotriz japonesea Subaru, protagonizado por el piloto Marcos Di Palma en la Cuesta de Lipán, en Jujuy.
Aquel día tres personas se subieron al helicóptero riojano: el piloto y un fotógrafo y un camarógrafo, estos últimos, de Japón. Por pedido de un productor japonés, el copiloto riojano no voló. En su lugar se sentó el fotógrafo. En algún momento de la filmación, la correa de una cámara se enganchó con lo que suelen llamar “colectivo”, que es lo que le da potencia a la nave. Cuando el piloto quiso dar potencia, se encontró con que el helicóptero no le respondía. Al final se avivó de lo que estaba ocurriendo, le dio un empujón al camarógrafo y lograron zafar.
La clave está en lo que ocurrió después. El piloto le contó a el jefe de Operaciones, Juan Gasset, y este último avisó que el avión no volvería a viajar nunca más sin copiloto. Si esa orden se hubiera acatado, el accidente de Villa Castelli no se hubiera producido.
Como se dijo, tras algunas situaciones de tensión con Gasset, Daniel Gorkich decidió correrlo a un costado y en diciembre anunció que su lugar lo empezaría a ocupar Gabriel Palpicho. Este medio no pudo corroborar si ya había sido oficialmente designado el día del accidente, pero varios testigos directos coinciden en que Palpicho comenzó actuar como si ya tuviera el cargo, con aval del Director.
El 9 de marzo de 2015, antes del vuelo fatal hubo una decisión de la producción del reality show de no subir copilotos a la nave. ¿Por qué? Porque necesitaban ocho lugares para los participantes y el equipo de producción. Si ubicaban en sus asientos a los copilotos, deberían haber pagado otro vuelo más. Es decir que las diez muertes se deben, entre otras cosas, a una decisión de ahorrar dinero.
Nadie tenía poder para decir que no. Gorkich, como se dijo, estaba en La Rioja, y Palpicho no viajó a Villa Castelli porque, según las fuentes, tenía clases de inglés.
Absolutamente todas las fuentes con conocimientos aeronaúticos consultadas a lo largo de estos años coinciden en que los copilotos hubieran sido suficientes para evitar el accidente.
Palpicho nunca declaró en el expediente. Tampoco habían citado hasta a hace poco a los copilotos, Martín Calderón y Juan Carlos Rojas, y al piloto Leonardo Nieto, que había viajado en apoyo a los pilotos que venían de Santiago del Estero. Este último ni siquiera aparece en el expediente ni fue entrevistado por la Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil (JIAAC). Por lo menos tres fuentes aseguran que hubo gestiones extraoficiales ante la JIAAC del “Colorado” Rojas, un empleado de la aeronaútica policial, que es la persona que habría cobrado el dinero del alquiler del avión, de acuerdo a los testimonios que obran en la causa. Tampoco fue llamado hasta hoy a dar su testimonio.
En el caso de Martín Calderón, copiloto del helicóptero de Santiago del Estero, recién declaró hace unos meses, pero el motivo no parecería ser llegar a la verdad, sino evitar la prescripción -que podría ser causal de juicio político para la fiscal Carmona-, porque Gorkich pidió su sobreseimiento por la falta de avances en el expediente a pesar de los 8 años que pasaron desde que se inició la causa.
Hoy, Gorkich y Palpicho, junto a Rojas, son las únicas personas que permanecen como funcionarios, el último en la policía y los dos primeros, en una descontrolada Dirección Aeronaútica. Gorkich está cada día más sólo, porque se ganó el odio de prácticamente todos sus empleados. Fue despidiendo o dejando sin funciones, una a una, a todas las personas que lo cuestionaban, incluidos una decena de pilotos. Palpicho, en tanto, logró que nombren a su pareja, Nelly Idoria, que según las fuentes cobra como personal técnico pese a sus escasos conocimientos.
La dirección es un festival de desaciertos e incluso hubo incidentes, según medios especializados, como Aeromarket, que fueron ocultados a las autoridades. El Cesna Citation de La Rioja, por ejemplo, tuvo reventones de cubiertas y varios incidentes, pero nada de esto fue reportado a la Junta de Seguridad del Transporte. Y hay fallas muy graves en las naves que podrían provocar accidentes.
El expediente sobre lo que ocurrió en Villa Castelli, mientras, naufraga. Como este medio ha dicho en numerosas investigaciones, podría haber un allanamiento a la torre de control del aeropuerto de La Rioja para secuestrar los historiales de vuelo del helicóptero y corroborar lo que EL FEDERAL ONLINE ha dicho una y otra vez. Con el historial que obraba en la Dirección de Aeronaútica, en tanto, no podrán hacer nada, porque desapareció, como desapareció también un maletín que el piloto Juan Carlos Castillo tenía en su habitación, donde llevaba registros de sus horas de vuelo. Alguien, tras el accidente, se llevó ambos documentos. ¿Qué quisieron ocultar?
Hay algo más. Hay dos fuentes, testigos de esos días, que apuntan contra una persona en particular por el robo del maletín de Castillo. Se trata de Alejandro Pravata, quien había sido asesor del ministerio de Seguridad de Mendoza y concuñado del secretario general de la Gobernación, Alejandro Cazabán. En el maletín, según creen allegados al piloto -que era veterano de la Guerra de Malvinas-, había pruebas de irregularidades en vuelos de Mendoza, y Castillo planteaba -algún día- iniciar acciones legales contra Mendoza y también contra La Rioja por trabajos que lo forzaron a hacer y que no debería haber realizado.
La fiscal Carmona también podría citar a declarar a Palpicho, a Nieto, a Gasset, por dar sólo algunos nombres de personas que vivieron todo de primera mano. Y otros, como Ramón De La Vega, la persona que administraba la contabilidad de la Dirección de Aeronáutica, que tampoco aparecen mencionados.
Lo cierto es que la causa sigue empantanda, como cuando este equipo de investigación comenzó a investigar el caso y detectó numerosas irregularidades en el expediente. El paso del tiempo es sinónimo de impunidad. Es una causa en la que hay altas chances de que nadie vaya preso, porque las imputaciones son por delitos con penas bajas. Y si las cosas siguen así es muy probable que nadie ni siquiera sea condenado.