La histórica casona del año 1900, edificio histórico de la localidad de Olta donde hoy en día funciona una posada, se derrumbó ayer por la tarde. Según el informe policial afectó el 70% de la pared frontal del inmueble, donde deberán evaluar la integridad del resto del edificio. Ya había sufrido daños en un primer derrumbe tras una importante lluvia el 23 de marzo pasado.
Los ocupantes fueron asistidos por personal de salud pública, pero no sufrieron daños ya que pudieron refugirse en la parte trasera del inmueble. Trabajaron en el lugar los Bomberos Voluntarios “Cóndores de los Llanos”.
La casona que inspiró uno de los tangos más famosos
«Caminito» es una canción de tango compuesta en 1926 por los argentinos Juan de Dios Filiberto (música) y Gabino Coria Peñaloza (letra). La letra del tango se refiere realmente a un camino rural de la localidad de Olta, en el actual departamento General Belgrano, en la provincia de La Rioja.
Es triste, pero las mejores canciones siempre surgen de un corazón roto. Quizás para demostrarnos que amar vale la pena, a pesar de todo. Esta la historia de Gabino Coria Peñaloza, un poeta enamorado que hizo arte de su pena. Esta es la historia de “Caminito”.
Todo comenzó en Olta, un pueblito de la localidad de Los Llanos, en La Rioja, en el año 1902. Gabino Coria Peñaloza estaba viajando desde Chilecito hacia San Luis cuando la naturaleza le jugó una mala pasada. O una buena. Una crecida del río lo dejó varado en Olta durante varios días, donde fue alojado por sus familiares. Mientras estaba allí, fue invitado a una tertulia en la casa de una familia de la zona.
No bien llegó al evento, algo en el salón lo deslumbró: un majestuoso piano de cola, el primero que había llegado a la provincia. Gabino quiso escuchar algo y, entonces, llamaron a la integrante de la familia que sabía tocar el instrumento. María irrumpió en el lugar como una aparición divina: el flechazo fue instantáneo. Durante los días que permaneció en Olta, vivieron un amor fuerte y fugaz. Con un solo testigo: el “caminito”.
Cuando el río volvió a su cauce, Coria Peñaloza debió marcharse, pero prometió volver. Y cumplió: regresó luego de un año, pero no pudo encontrar a María. Su familia, que la había prometido a otro hombre, la había enviado a otro lugar. Decían, incluso, que llevaba un niño en su vientre. Gabino nunca logró averiguar su paradero y se marchó con el corazón roto. Pero de esa desdicha nació un poema que se convertiría en unos de los versos más lindos de nuestro tango: “Caminito”.
Gabino, el poeta enamorado de una belleza de Olta, es descendiente por vía materna de ese general de las Montoneras federales. Su madre fue María Natividad del Señor Peñaloza, nacida en Tama, otra localidad recostada sobre las sierras que cruzan los Llanos. Su padre, Eusebio Coria, era mendocino, de La Paz, el mismo pueblo que lo vio nacer en 1881.